Ay, ese cordón

Ay, ese cordón

Una hora, solo una hora después del apuñalamiento, hace un mes, de Abel Martínez, y la comunidad educativa había blindado el entorno para protegerse de nosotros, los medios de comunicación. Cómo duele ese cordón para los que amamos este oficio y creemos que, a pesar de estar tan denostado, quedan parcelas de respeto y fidelidad al encargo inicial.

TONI ALBIR/EFE

Cómo duele ese cordón: el que formaban profesores y madres del Institut Joan Fuster de Barcelona, apenas una hora después de que uno de sus alumnos, un niño de 13 años, apuñalara al profesor Abel Martínez e hiriera a otras tres personas en el centro.

Una hora, solo una hora. Y la comunidad educativa había blindado el entorno para protegerse de nosotros, los medios de comunicación. Cómo duele ese cordón para los que amamos este oficio y creemos que, a pesar de estar tan denostado, quedan parcelas de respeto y fidelidad al encargo inicial. No podemos olvidar el encargo que nos hace la sociedad: contad lo que veáis, lo que observéis, compartidlo para que todos conozcamos los hechos de interés colectivo. Pero respetad a la persona, y respetad, ante todo, al menor.

Duele porque el cordón fue necesario. Y porque probablemente, ese mismo instituto, esos docentes y esos niños, nunca habían sido visitados por un periodista. Nunca nos habíamos interesado por el estilo de aprendizaje que se construye allí, día a día. Quizás nadie les ha preguntado cómo sufren los recortes, o cómo organizan las clases de ciencias.

Esta semana se cumple un mes del homicidio. En las horas y días que siguieron a la tragedia, los medios (quizás obligados por la necesidad de rellenar horas y horas de radio y televisión o dar de comer a las webs) se enfrascaron a cuestionar la ley del menor (algunos), a discutir sobre quién se estaba llevando el mayor protagonismo (si la víctima o el agresor) o a recordar la fórmula mágica: un buen tortazo a tiempo... ¡buf! En cambio, ¿por qué no hemos oído ni una palabra sobre orientación y tutoría, por ejemplo? ¿Un tutor conoce de verdad a sus alumnos? ¿Puede? ¿Qué tipo de relaciones se construyen en la escuela?

Toda tragedia trae un duelo que debe ser vivido bajando al fondo. No vale con decirnos que, total, se trata de un caso aislado.

Aunque lo sea.

Publicado inicialmente en el periódico Escuela