¿Puede haber una idea menos eficaz y más peligrosa que competir con partidos populistas a base de imitar su lenguaje y asumir sus postulados? Desdibujar las esencias de la democracia para defenderla. Estirarla como un chicle irrompible para estrangular electoralmente a quienes la amenazan. Me temo que un político en apuros suele ser capaz de casi todo para tratar de preservar el poder.