El aumento de la presión ucraniana en las zonas ocupadas del sur del país y el ataque a una base aérea en Crimea disparan las hipótesis sobre una contraofensiva de Kiev.
La CNN desvela imágenes de la empresa Planet Lab que muestran bombarderos y aviones de combate destrozados. Sigue sin saberse si es un ataque o un accidente.
Moscú habla de una detonación accidental de municiones, pero Kiev lo reivindica y mostraría así un poderío insólito. El territorio está ocupado desde 2014.
Tras más de 80 días de resistencia, las tropas rusas mandan en el puerto clave del Mar Negro, afianzando su corredor sureste y subiendo una moral por los suelos.
Su tarea es evitar que las fuerzas de operaciones especiales ucranianas se infiltren en el puerto y saboteen sus buques de guerra, en la base más importante de la zona.
Putin quiere resultados rápidos que pueda vender como una victoria: ahora reduce en público los objetivos de la ofensiva y afirma que "no parará" hasta controlar el Este.
El historiador sostiene que Rusia ya ha perdido, pero advierte del peligro del putinismo dentro y fuera de sus fronteras: "La ultraderecha española tiene resabios imperialistas similares".
En una semana de contactos en Turquía y por vía telemática, Kiev ha planteado una posible neutralidad con protección internacional, pero del meollo Donbás-Crimea no hay nada.
Kiev baja los brazos sobre su ingreso en la OTAN y Moscú habla de un posible acuerdo de seguridad. A ver quién da con una 'rampa de salida' que todos puedan vender como una victoria.
El presidente ucraniano, en el cargo desde 2019, llegó aupado por el populismo y los oligarcas, sin experiencia política. Ahora afronta un reto inesperado y complicadísimo.
La analista Mira Milosevich cree que estamos ante una "operación relámpago", dada la superioridad militar rusa, ante el que Occidente quizá puede no organizarse a tiempo.
Kiev también denuncia la llegada de tanques rusos desde Lugansk, en el Donbás, y llaman a filas a las Unidades de Defensa Territorial a "cualquiera que sea capaz de sostener un arma".
Un llamamiento que sirve de calentamiento ante la llamada que hoy mantendrán el presidente de EEUU y su homólogo ruso, Vladimir Putin, sobre esta crisis.