El voto separó al país en mitades, entre los habitantes del industrializado sur del país y los del empobrecido noreste, entre evangélicos y católicos y hasta entre ricos y pobres.
El trasfondo religioso impregna noticias falsas sobre cierres de iglesias, satanismo o canibalismo, a las puertas de las elecciones del domingo entre Lula y Bolsonaro.
El presidente de Brasil y candidato a la reelección insinuó que unas menores refugiadas se prostituían por ir "muy guapas y arregladas". Ahora dice que la idea se tergiversó.
El Tribunal Superior Electoral de Brasil incluye en la lista de personas a investigar a perfiles de simpatizantes de la familia de Bolsonaro, incluido el propio presidente.
La abanderada del Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centroderecha) fue la gran sorpresa de la primera vuelta y sus votos podrían ser decisivos para Lula.
Ciro Gomes, su candidato el pasado domingo, confirma que seguirá la disciplina de partido pero lamenta que el apoyo al PT sea "la última salida" a la situación en Brasil.
El candidato ultra supera los resultados pronosticados en las encuestas: logra el apoyo del 43,2% del electorado, cuando los sondeos le atribuían un máximo del 37%.