El cariño que Harry y Meghan sentían por la reina ha quedado patente con la emoción que han mostrado en algunas de sus apariciones públicas estos días.
El funeral oficial de la reina se convierte en un ejemplo de contención y boato, una especie de cumbre internacional con todo medido para decir adiós a 70 años de poder.
Cientos de jefes de Estado y de Gobierno, decenas de miles de ciudadanos y su familia estarán hoy junto a la monarca en su despedida final, tras 70 años en el trono.
La reina será enterrada este lunes en Windsor, tras recibir oleadas de cariño fuera y dentro de Inglaterra. A ella le queda el descanso y a su hijo Carlos, la corona y su peso.
Más de 500 jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo se citan en Londres en medio de un despliegue de seguridad comparable al de los Juegos Olímpicos de 2012.