No podemos normalizar que una formación que va a ser parte de un Gobierno progresista tenga entre sus filas a voces que en nada difieren de la ultraderecha
Radiografía del voto rogado en campaña: dos millones de ciudadanos que residen en el exterior se enfrentan a una yincana para que su papeleta cuente. Tan difícil, que la participación ha bajado del 30 al 5%