Opositaba el Manchester City a campeón de grupo -a expensas de lo que sucediera dentro de dos semanas en el Allianz Arena de Munich-, si bien cualquiera diría que el partido se convirtió en una china en el zapato de los locales por lo que se vio a lo largo del encuentro.
El Manchester City derrotó al CSKA (5-2) más por la fuerza que arrastra a un equipo en una dinámica positiva que por méritos propios. Los demeritos del rival fueron innumerables. Si alguna vez hubo partido, se acabo en el minuto dos.