Una conductora británica de 23 años, que "en el lugar de los hechos, arrojó indicios de ir bajo la influencia del alcohol y droga", perdió el control de su coche y atropelló a varias familias de turistas que caminaban por la acera.
"La gente pensará que es espantoso, pero en lo que a mí respecta, estaba cumpliendo los deseos de un anciano moribundo", dice la amiga que llevado los restos a Tías.