Será este viernes y supone la primera reunión de este tipo tras la oleada de ataques de Israel contra territorio iraní del pasado junio y a la que sumó Estados Unidos.
El país invadido pierde ciudades en el Donbas, con lo que Rusia se hace fuerte en un momento clave para preparar el terreno en la mesa de negociaciones.
"Estas propuestas no son una receta para una solución sostenible. Por el contrario, el plan de paz de Putin es, de hecho, un llamamiento a la capitulación total de Kiev".
Este mes se celebra en Suiza una conferencia sobre Ucrania, pero igual que dos no pelean si uno no quiere, no puede haber acuerdo sin una parte, y Rusia no acude.
Un sondeo del Fondo Carnegie para la Paz Internacional toma el pulso a la sociedad rusa y revela cómo ha evolucionado su pensamiento a lo largo de un año.
Los líderes mundiales se afanan en recordar que la solución al conflicto ha de ser política y acabar con dos naciones vecinas, seguras y con derechos. Aunque hoy parece un sueño, es posible si hay voluntad y necesario para evitar más muerte.
"Hay suficientes problemas en ambas partes y, en general, la situación ahora está seriamente estancada: nadie puede hacer nada y fortalecer o avanzar sustancialmente su posición".
"Mi declaración fue parte de una discusión más amplia sobre posibles escenarios futuros en Ucrania, y no debería haberlo dicho de esa manera. Fue un error".
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental confiaba en que sus enviados, desplazados al país se pudieran reunir con los militares, pero no quisieron.
"Moscú no negociará la paz hasta que Kiev no se lo implore de rodillas", dice el halcón Medvédev, justo cuando se trataban de buscar vías de paz en Arabia Saudí.
Ucrania defiende su plan de negociación de diez puntos como apuesta de partida. La idea de Riad es que estos contactos puedan culminar en una cumbre para la paz este año, aunque lo cierto es que ahora mismo Rusia no se sienta a la mesa.