Las esclavas debían realizar tareas domésticas para las amas, responder a mensajes rápidamente de día o de noche y tener sexo con Raniere cuando se les pedía.
En Mauricio la religión no parece impregnarlo todo, pero marca la convivencia entre sus habitantes al ser un país multiconfesional. España es en cierto modo un país mucho más sectario que Mauricio.