El pescado se pudre por la cabeza

El pescado se pudre por la cabeza

Mucho se ha dicho acerca de la dimensión moral del engaño de los diésel de Volkswagen. La compañía traicionó a sus clientes, al público y al planeta, mediante la construcción de " dispositivos de desactivación de los controles de emisiones en 11 millones de coches. Pero hay una pregunta que todavía no se ha respondido: ¿por qué?
¡Cualquiera fuma en las calles de Madrid!

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No se tienen noticias de lo que habrán dicho sobre el escándalo de Volkswagen los alemanes que se quejan de la picaresca de los vagos del sur europeo que pretenden vivir a costa de los laboriosos y honrados trabajadores del norte. No sé qué hubieran dicho si la empresa, en lugar de ser alemana, hubiera sido española, italiana, griega o portuguesa.
Volkswagen y Toyota: dos estrategias y dos resultados

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Podrán ajustar las pruebas y acercarlas más al hecho real, pero lo cierto es que cada unidad, cada conductor y cada circunstancia ofrecen resultados dispares. Existe una norma de homologación que hay que cumplir; y Volkswagen la cumplió y la cumple. Otra cosa es que se saltase a la torera el espíritu de la ley.