Ni Francia ni Reino Unido: alertan de que la medusa más indeseada ya está nadando en costas españolas
Planeta
Planeta

Ni Francia ni Reino Unido: alertan de que la medusa más indeseada ya está nadando en costas españolas

Las condiciones climáticas del Mediterráneo favorecen una llegada prematura y preocupante.

Una imagen de la meduda 'Pelagia noctiluca', tomada en el Cap de Creus en la Costa Brava española.ullstein bild via Getty Images

La Pelagia noctiluca, también conocida como clavel del mar, ha comenzado a invadir las playas españolas del Mediterráneo en verano. Avistamientos recientes en aplicaciones de alerta ciudadana como Medusapp confirman su presencia en zonas tan turísticas como Alicante, Valencia, Mallorca o Marbella, en un episodio de proliferación que los expertos consideran preocupante.

Aunque la especie forma parte del ecosistema marino del Mediterráneo desde los años 80, su presencia solía concentrarse en los meses primaverales. Esta vez ha llegado con fuerza en pleno julio, empujada por la combinación de factores climáticos adversos: la disminución de las lluvias invernales y el aumento sostenido de las temperaturas han favorecido su concentración en aguas cálidas y salinas, especialmente en áreas del sureste peninsular. 

Según explicó el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), la menor entrada de agua dulce desde tierra ha reducido la barrera de salinidad que antes limitaba su acceso a la costa. “La diferencia de salinidades entre las aguas costeras y las de mar abierto es menor, y, en consecuencia, su acercamiento a la costa por los vientos no se ve limitada por una menor densidad del agua que afectaría negativamente en su flotabilidad”, detalla.

Radiación solar, sobrepesca y picaduras dolorosas

A esa alteración del equilibrio marino se suma el impacto de la sobrepesca, que ha reducido el número de peces que compiten con las medusas por el plancton. El fenómeno ya se ha documentado en zonas como Namibia o el mar de Bering, y ahora comienza a notarse también en el Mediterráneo. La Fundación del Mar Mediterráneo apunta a la conjunción entre las corrientes superficiales y la temperatura homogénea entre el mar abierto y la costa como otro factor decisivo: cuando ambas coinciden, las medusas llegan “en pocos días”.

La Pelagia noctiluca mide menos de 20 centímetros pero arrastra tentáculos de hasta dos metros. Su color rosado o rojizo, su umbrela en forma de campana recubierta de pequeñas verrugas marrones y su capacidad de emitir bioluminiscencia en la oscuridad la hacen fácil de reconocer. También es la más temida por su picadura extremadamente dolorosa. Según el Oceanogràfic de Valencia, esta especie carece de fase pólipo, lo que significa que pasa todo su ciclo vital flotando libremente en el agua, lo que complica aún más su control. Su veneno puede causar reacciones dermatológicas, respiratorias e incluso cardiovasculares.

La alerta sobre su propagación este verano la ha adelantado National Geographic, que advierte de su expansión desde el sur hasta el Levante y Baleares. Los registros en Medusapp, plataforma de ciencia ciudadana desarrollada por universidades y centros oceanográficos españoles, recogen numerosos casos de contacto con esta especie durante las últimas semanas.

Comentar:
comentar / ver comentarios