Un estudio sobre la vida del ser humano en Marte asombra a ciencia: 60cm más altos y caras hinchadas

Un estudio sobre la vida del ser humano en Marte asombra a ciencia: 60cm más altos y caras hinchadas

Vivir en la gravedad del planeta rojo podría causar pérdida de densidad de huesos, atrofia muscular y sistemas cardiovasculares más débiles. 

Recreación virtual de una puesta de sol en Marte.
Recreación virtual de una puesta de sol en Marte.Pitris

Aunque empresarios como Elon Musk, el hombre detrás de Space X, quieren llevar personas a Marte y levantar una ciudad en ella en dos décadas, lo cierto es que no se sabe qué efectos tendría sobre el cuerpo humano vivir bajo la gravedad del planeta rojo. De hecho, según alerta Kyle Zagrodzky, fundador de OsteoStrong, una empresa del sector de la salud, el entorno de Marte podría generar varios cambios en el cuerpo humano, desde extremidades más largas, hasta rostros más hinchados.

Según los investigadores, aunque al inicio, los recién llegados podrían experimentar cierto alivio debido a que los niveles más bajos de gravedad en Marte generan una sensación de menor peso sobre los huesos y articulaciones, se trataría de algo temporal, "hasta que sus huesos y músculos estén regulados a la baja". 

De hecho, se espera que la gravedad en el planeta rojo, alrededor del 38% de la gravedad de la Tierra, tenga consecuencias más significativas sobre el cuerpo humano, como la reducción de su densidad ósea, según detalla un estudio de Stanford de 2020, que afirmó que los astronautas en una misión de tres años a Marte perderían cerca de un tercio de su densidad ósea. Además, cerca de la mitad de ellos podría acabar padeciendo osteoporosis, lo que provoca una mayor fragilidad de los huesos. 

¿Qué cambios sufriría el ser humano?

"Las nuevas generaciones nacidas en Marte probabablemente se verían y serían más diferentes a sus primos terrícolas", argumentó Zagrodzky, quien añadió que el primer cambio notable para los visitantes adultos nuevos sería, probablemente, la elongación de la columna vertebral. Sin embargo, según detalla, en cortos periodos de tiempo, los adultos no sufriríamos más efectos notables "aparte de un cambio en la distribución de la grasa, que podría parecer cada vez más extraño con el tiempo".

Respecto a las nuevas generaciones de humanos que se formarían en este planeta, Zagrodzky destacó que uno de los primeros cambios que notaríamos serían que las caras que vean más hinchadas y afirma que "una nueva generación que crezca desde el nacimiento se vería muy diferente, especialmente después de la pubertad". Asimismo, también cree que los humanos nacidos en Marte serían más pálidos debido al desarrollo cardiovascular y las extremidades más largas.

"En la tierra, las adaptaciones significativas ocurren durante los primeros años de crecimiento y durante la pubertad" por lo que "sin los efectos de la gravedad de la Tierra, esperaría que los humanos fueran sustancialmente más débiles en todos los ámbitos: el desarrollo óseo, muscular y cardiovascular se vería obstaculizado en gran medida". 

Por otra parte, según los investigadores, los humanos marcianos serían más débiles que los terrestres y además se enfrentarían a las consecuencias de la radiación cósmica y los niveles alterados de la glucosa en sangre. "Los músculos débiles y poco desarrollados probablemente tendrían menos receptores de insulina, y me imagino que la diabetes tipo 2 sería uno de los muchos problemas graves a los que se enfrentarían los marcianos", explica. 

Cambios en 5 años:

  • Pérdida muscular y ósea: Músculos y huesos se debilitarían debido a la reducción del estrés en ellos. Se generaría una atrofia muscular significativa y pérdida de densidad ósea. 
  • Sistema cardiovascular: La circulación sanguínea podría ser menos efectiva y provocar cambios en el volumen y distribución de la sangre. 
  • Equilibrio y coordinación: Cambios en el sentido del equilibrio y la coordinación a medida que el oído interno se ajusta a la gravedad más baja. 

Cambios en 10 años:

  • Adaptación del sistema musculoesquelético: Con el paso de los años el cuerpo podría adaptarse a esta nueva situación, aunque al regresar a la Tierra podría haber nuevas dificultades debido a una mayor gravedad de esta. 
  • Efectos psicológicos: Un cuerpo más ligero y las diferentes "dinámicas de movimiento", según The Sun, podrían alterar "la conciencia espacial". Además, debido al aislamiento en Marte también podrían aparecer secuelas. 
  • Cambios en la forma del cuerpo: El cuerpo podría sufrir cambios, como una columna vertebral más larga o cambios en la distribución de la grasa, ya que la gravedad afecta a la postura. 

Cambios en 50 años:

  • Potencial para una nueva variante humana: Aunque con el paso del tiempo el cuerpo humano podría adaptarse, ello significaría la posibilidad de mutaciones genéticas o cambios epigenéticos, lo que podría generar extremidades más largas o huesos menos densos. 
  • Cambios genéticos y epigenéticos: Podría surgir una nueva variante humana, adaptada a las condiciones de Marte. 
  • Problemas para la salud a largo plazo: Una exposición prolongada podría provocar problemas de salud a largo plazo, como una mayor vulnerabilidad a ciertas enfermedades. 

Por último, cabe destacar que Volodymyr Usov, ex presidente de la agencia espacial nacional de Ucrania, afirmó a The Sun que para poder colonizar Marte, harían falta astronautas genéticamente modificados, ya que nuestra biología es el principal impedimento para ello. 

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Soy redactora de actualidad en El HuffPost España, donde hablo sobre las noticias de última hora y analizo algunos de los temas que conforman la actualidad.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo de todo tipo de temas, desde sucesos hasta política y asuntos internacionales, siempre con una mirada crítica y con la idea de que detrás de cada tema hay una historia que merece ser contada. Siempre con la intención de informar, incomodar cuando toca y aportar una mirada que no se quede solo en la superficie. 

  

Mi trayectoria

Cordobesa de los pies a la cabeza. Nací y crecí en Córdoba, tierra de Julio Romero de Torres y ciudad con más Patrimonios de la Humanidad. Me gradué en Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos, en Fuenlabrada, donde descubrí que escribir no solo es contar cosas, sino también saber cómo hacerlo para que te escuchen.

 

Antes de aterrizar en El HuffPost, hice unas prácticas en el diario AS, que me sirvieron para aprender cómo se trabaja en una redacción, así como para coleccionar alguna que otra anécdota. Llevo ya un año trabajando en HuffPost, un lugar que se ha convertido en mi segunda familia, y actualmente vivo en Madrid. Siempre con ganas de aprender, reírme y contar historias que valgan la pena.

 


 

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