Una de las fronteras más extrañas de Europa: una franja de menos de 50 metros en una remota zona montañosa
El paso fronterizo divide a Croacia y Bosnia y Herzegovina.
Uno de los elementos más llamativos de la geografía son las fronteras, ya sea entre provincias, regiones o países. A menudo, las fronteras están determinadas por acontecimientos históricos.
En otras ocasiones, lo que marca la frontera que divide un territorio de otro son los accidentes geográficos, es decir, elementos naturales de la superficie terrestre como las montañas, los valles o los ríos.
Sin embargo, en los Balcanes se encuentra una de las fronteras más extrañas de Europa. La misma divide a Croacia y Bosnia y Herzegovina, y consiste en una franja de menos de 50 metros de ancho pero de gran longitud.
Tal y como recoge el medio de comunicación finlandés Tekniikka & Talous, ese punto se encuentra en la frontera suroeste de Bosnia, en una remota zona montañosa en medio de los Alpes Dináricos.
En concreto, a, aproximadamente, un kilómetro al suroeste de la aldea bosnia de Donji Tiškovac, el territorio de Bosnia y Herzegovina se adentra en Croacia en forma de una estrecha y larga franja de tierra.
"La franja de tierra, que tiene más de 3 kilómetros de largo, es extremadamente estrecha en relación con su longitud, ya que mide solo 200 metros en su punto más ancho. En su 'base', antes de esta sección más ancha, hay un largo tramo de entre 40 y 70 metros de ancho", explican desde el citado medio.
En ese sentido, cabe destacar que la forma tan peculiar de esta frontera no se explica por ningún accidente geográfico (como podría ser un río) que separe ambos países.
Más allá de esta curiosidad geográfica, la frontera también tiene un importante peso en clave geopolítica. El motivo es que, tras la adhesión de Croacia a la Unión Europea (UE) y su entrada en el espacio Schengen en 2023, este paso fronterizo se ha convertido en una de las fronteras exteriores de la propia UE y del espacio Schengen.