De Ícaro a José Luis Ábalos: de ministro y mano derecha de Sánchez a Soto del Real y su caída sin fin
De tener la llave del Ministerio de Fomento y Transportes a ser expulsado por el presidente del Gobierno, la soledad del Grupo Mixto y la entrada en prisión en el juicio de las mascarillas por riesgo de fuga, convirtiéndose en el primer diputado en activo de la historia en hacerlo.

Existe una popular leyenda griega que expone lo que el exministro de Transportes, exsecretario de Organización del Partido Socialista y mano derecha del presidente del Gobierno, José Luis Ábalos, ha vivido en los últimos meses. Ícaro era un joven que, junto a su padre Dédalo, escapó de la isla de Creta usando unas alas compuestas de cera y plumas. Pese a las advertencias del padre de que procurara no volar ni muy alto ni muy bajo para poder llegar a tierra, la arrogancia y el deseo de cruzar los límites llevó al protagonista de la fábula a volar hasta el sol, que se encargó de derretir la cera y abrasar las plumas, provocando la caída de Ícaro hasta el mar. Ábalos, por otro lado, ha entrado este jueves en Soto del Real.
Quitando el dramatismo mitológico, la historia de Ábalos tiene un recorrido similar que el de Ícaro. Ambos comenzaron su vida en la artesanía: el primero en el negocio familiar de muñecas y el segundo junto a los trabajos como inventor de su padre. En 1983, Ábalos empezó su andadura política como jefe de gabinete del conseller valenciano de trabajo y secretario general de la agrupación socialista de València Nord. Después de varios saltos por diferentes puestos en la política valenciana —lugar en el que nació, concretamente en Torrente, un pequeño pueblo mediterráneo—, no fue hasta el año 2009 cuando se convertiría en diputado en el Congreso de los Diputados. Antes, habría perdido la secretaría general de Partido Socialista Valenciano.
En aquel entonces, conoció a un joven y por el momento prácticamente desconocido Pedro Sánchez, que aspiraba a asaltar los cielos del partido. A lo largo de aquel año, Ábalos fue el encargado de recoger los avales de la candidatura de aquel novel para la secretaría general del PSOE después de que le hubieran prácticamente expulsado de la formación por su famoso 'No es no' a Mariano Rajoy. Después de recorrer todo el país con un Peugeot, Sánchez logró resurgir de sus cenizas y ganar a la vieja guardia del partido hegemónico de la democracia en España ante, nada más y nada menos, que Susana Díaz y Patxi López. Una hazaña que consolidó al actual presidente del Gobierno en la leyenda del fénix, mientras Ábalos desconocía que su papel era el de Ícaro.
En el siguiente congreso nacional del partido, aquel joven premió a aquellos que le acompañaron en esa travesía en el desierto. Ábalos fue nombrado como secretario de Organización del Partido Socialista, lo que le colocaba como el 'número 3' de la formación. Empezando a batir las alas, el siguiente papel que desempeñaría el secretario sería uno de los más relevantes de su carrera, siendo una pieza crucial en la moción de censura a Mariano Rajoy en 2018. A la par de ser el encargado de muchas de las negociaciones imposibles para echar al Partido Popular de Moncloa, también fue el responsable de presentar en el Congreso de los Diputados la candidatura de Pedro Sánchez en la Cámara Baja tras conocer la sentencia del caso Gürtel. Ahora, más de siete años después, asegura que el presidente del Gobierno se reunió con Otegi en un caserío para llegar a un acuerdo. Algo nada extraño en democracia, pero que ambas partes han desmentido.
Caído Rajoy, Ábalos se convirtió por primera vez en ministro. El Ministerio de Fomento fue su primer hogar con un enorme presupuesto y capacidad de gestión dentro de las obras e infraestructuras del país aunque, tras las elecciones de diciembre de 2019, en 2020 se asentó en el de Transportes. Fue entonces cuando se visualizó sin ningún género de dudas la cercanía entre Sánchez y Ábalos: la mano derecha se consolidó. Por entonces, el de Torrente se vio envuelto en el caso 'Delcygate' tras reunirse en el aeropuerto de Madrid con la vicepresidenta del régimen venezolano, Delcy Rodríguez, que tenía prohibido entrar en el espacio aéreo Schengen.
En julio de 2021, fue destituido de la noche a la mañana, sin explicaciones ni demasiadas preguntas. El entonces ministro desapareció de la foto del Consejo de Ministros y los primeros rumores empezaron a ocupar las tertulias. Pese a ello, Sánchez ha asegurado en numerosas ocasiones que en ese momento no tenía constancia de malos tratos a mujeres o contratos presuntamente corruptos de su mano derecha. En 2020 y durante la pandemia sería cuando se habría producido todo el 'caso mascarillas'. Tras su salida, Santos Cerdán ocuparía su puesto en la secretaría de Organización del PSOE. Ícaro ya estaba en la órbita del sol.
En 2023 y ante una situación límite del Partido Socialista, Sánchez volvió a añadir a sus filas a José Luis Ábalos para las elecciones del 23 de julio. Entonces, todas las quinielas apuntaban a una derrota prácticamente asegurada de los socialistas y una victoria indiscutible del Partido Popular arropado por Vox. La sorpresa se dio a finales de la noche, Ábalos mantuvo su escaño en el congreso y Sánchez no hizo las maletas para desalojar Moncloa.
En febrero de 2024 y meses después de esa victoria electoral in extremis, Koldo García, el que fuera la mano derecha de la mano derecha, fue detenido por el presunto cobro de comisiones irregulares en la compra de mascarillas durante la pandemia, momento en el que centenares de personas morían todas las semanas en España. La cera empezaba a fundirse y las plumas a achicharrarse. Cinco días después, el Partido Socialista le pidió a Ábalos que renunciara a su acta de diputado y le suspendió de la militancia. Este se negó a dimitir y pasó directamente al Grupo Mixto, lugar en el que ha permanecido hasta ahora.
En junio de este mismo año la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sacaba a la luz un informe que contenía conversaciones entre los tres cabecillas de la trama: Santos Cerdán, Koldo García y el propio José Luis Ábalos. Además, el machismo de sus palabras y el trato hacia las mujeres, además de prostitución y pagos presuntamente corruptos, hicieron que el foco judicial se centrara en el trío calavera. Meses después, en relación al juicio de las mascarillas, la Fiscalía Anticorrupción ha colocado al exministro como "jefe" de la trama y, junto a Koldo García, ha terminado en prisión provisional —concretamente entrarán este jueves en Soto del Real, lugar por el que también pasó Cerdán— ante el riesgo "extremo" de fuga y por orden del Tribunal Supremo.
Ícaro finalmente cayó desde el sol.
