El 'caso Juana Rivas', ocho años después se repite la historia: "Me va a matar como vuelva"

Este martes 22 de julio quedará grabado en la memoria de Juana Rivas como uno de los episodios más destacados en su longeva travesía por el infierno en la que se halla inmersa desde el año 2009, cuando presentó por primera vez una denuncia por maltrato físico a su exmarido que ha terminado por enfrentar tanto al sistema judicial español como al italiano. Además de convertirse en uno de los casos más mediáticos de este siglo. Ahora, una vez más, Rivas se ha visto obligada a entregar a su hijo a su expareja, Francesco Arcuri, reflejando a ojos del público un claro paralelismo y flashback con lo que sucedió en 2017. Por entonces, ella se encontraba con sus dos hijos menores de edad —Gabriel y Daniel, de 11 y 3 años— en España sin consentimiento del padre que residía en Italia. Los tribunales terminaron ordenando la restitución de los menores al país del padre que despertó una oleada de apoyo social con mensajes virales como el que se movió en redes sociales con el #JuanaEstáEnMiCasa.

La jornada de este martes comenzó temprano cuando el Tribunal Constitucional rechazó la solicitud urgente de Juana Rivas para suspender la entrega de Daniel. Dicha institución argumentaba que no se habían agotado las vías judiciales ordinarias y que el caso "carecía de trascendencia" constitucional. Bajo orden del Juzgado de Instrucción nº 3 de Granada —el mismo que en 2017 aunque con distinta jueza— Rivas y su hijo acudieron a un punto de encuentro para producir la entrega. Las imágenes han tenido un efecto desolador para cualquiera que las haya visto: una madre y su hijo recorriendo las calles de la ciudad andaluza inundados de lágrimas y siendo rodeados por la prensa que no querían perder la fotografía del día. La diferencia con hace ocho años es que uno de los menores ya ha podido tomar decisión y eligió permanecer con Juana Rivas. De hecho, una vez cumplida la mayoría de edad fue él mismo quien relató en una carta escrita el "desamparo" al que se enfrentaba su hermano en caso de volver con su padre.

"El niño (Daniel) confirmó malos tratos físicos y psicológicos habituales, con vejaciones y humillaciones constantes y amenazas de muerte a la jueza de Instrucción Número 3 de Granada", aseguraba Paqui Granada, asesora de Juana Rivas, a la prensa pidiendo que, por favor, tuvieran respeto por el menor que se encuentra inmerso como si de una disputa judicial se tratase. Incluso el propio Daniel aseguró ante los tribunales que "no quería volver con su padre" y que "le iba a matar como volviese". Además del drama que supone toda la situación que rodea a las exparejas y sus hijos, el caso de Juana Rivas pone de manifiesto la vulnerabilidad a la que pueden estar expuestos los menores ante casos semejantes. 

La escena de entrega en una de las calles de Granada a las 11.00 horas terminó traduciéndose en un traslado de Juana Rivas a un centro sanitario por crisis de ansiedad. "Es entendible que una madre que está luchando hasta donde puede y los medios legales nos permiten, intente evitar entregar al menor que el 18 de septiembre tiene que acudir como testigo víctima de un proceso penal en Italia en el que se está acusando a su padre", afirmaba ante los medios de comunicación la abogada de Rivas, María Marcos, que criticaba firmemente la decisión judicial al "no haber tenido en cuenta la situación del menor". Además, el estrés al que se tuvo que enfrentar Rivas fue incrementado por las decenas de medios de comunicación que se aglutinaban a su alrededor exponiendo preguntas, cámaras, micrófonos y flashes.

Enrique Zambrano, abogado de Francesco Arcuri, defendía mientras tanto que la entrega del menor responde al cumplimiento estricto de una resolución judicial, y ha rechazado el comportamiento de la madre. "Se está cumpliendo una resolución judicial. Nosotros hemos llevado una profesional de la psicología especializada en menores para hacer una transición del menor en orden", ha explicado, subrayando que el proceso se organizó para garantizar el bienestar del niño. Además, la estrategia del padre ha sido la de acusar a Rivas de "estar interpretando un papel"

La reacción política no se hizo esperar. El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, admitió que las imágenes le habían dejado “muy mal cuerpo”, aunque reiteró el respeto del Gobierno por las decisiones judiciales. "Respeto y prudencia porque el proceso sigue judicializado tanto en España como en Italia. Desde el ministerio de Justicia hemos estado en contacto con los tribunales italianos y vamos a velar por la seguridad del menor. Entiendo la angustia de la familia y de la sociedad al ver las imágenes porque a mí tampoco me han gustado", decía Bolaños. 

Una vez acontecido el drama en las calles granadinas, el siguiente episodio sorprendió a propios y extraños al conocerse que el mismo tribunal que había ordenado la entrega este mismo martes, la retrasaba hasta el viernes por el momento. Daniel volvía finalmente a casa con su madre. La titular del juzgado ha determinado esta medida como respuesta a la información trasladada por el personal del punto de encuentro familiar que durante más de dos horas se ha reunido con el menor. "Me va a matar como vuelva", ha exclamado a las puertas del centro el pequeño. Según han informado a los medios desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el menor volverá este martes con su progenitora hasta que pueda concluir la ejecución de la resolución judicial de los tribunales italianos.

Sira Rego, ministra de Infancia y Juventud, reconocía este mismo martes que “no se debería haber llegado a este punto”, pero celebraba que al menos se hubiera escuchado al menor. "Nosotros hemos acompañado a Daniel, que es nuestra obligación y en términos humanos es lo que corresponde", aseguraba en la Cadena Ser enfatizando en que "se ha constatado que el menor no se quiere ir con su padre". Tras las declaraciones de la ministra, emergía una promesa: la de comprometerse a ampliar la Ley orgánica de protección a la infancia frente a la violencia para que se escuche a menores de edad como Daniel en estos casos tan extremos en el que la seguridad del pequeño está en juego. 

Toda esta situación sucede a expensas de que el próximo mes de septiembre el padre de los hijos acuda a los tribunales italianos por presunto maltrato "grave y habitual". La fecha está registrada para el 18 de septiembre y ha sido uno de los principales argumentos de la defensa de Rivas para que no se ejecute el traslado del menor a Cerdeña, pese a que la defensa de Arcuri asegure que "no existen obstáculos". Esta es la primera ocasión en el que el asunto alcanza la vía penal en el país vecino ya que ninguna de las denuncias habían tenido trascendencia y fueron archivadas de forma civil. 

Posibles escenarios para el viernes 

Los posibles escenarios para este 25 de julio son inciertos a la par que abiertos. Las decisiones que se puedan tomar depende de los tribunales españoles e italianos que son los encargados de dirimir la situación de Daniel. Al contrario de este martes, la próxima fecha de encuentro —en caso de que se produzca— no tendrá una hora estipulada para evitar la concentración mediática y previsiblemente se realizará en un lugar más privado. El juzgado granadino ha convocado este miércoles a las 10.00 horas "exclusivamente a la representación procesal de las partes así como al Ministerio Fiscal" para "efectuar los requerimientos correspondientes en orden a la propiciar el cumplimiento activo de la resolución dictada por el Tribunal de Apelaciones de Cagliari (Italia)". En román paladino: todo queda en el aire a la espera de que llegue el viernes y se arroje algo más de luz al caso.