El esperado dragón blindado que daban por muerto cae en manos del ejército español
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El esperado dragón blindado que daban por muerto cae en manos del ejército español

El Ministerio de Defensa recibe de Indra los primeros VCR 8x8 Dragón tras meses de retrasos, dudas técnicas y críticas desde dentro y fuera del programa.

Detalle del interior de un RCV 8x8 Dragón.JOAQUÍN CORCHERO

El programa estrella de la defensa terrestre española se pone, por fin, en marcha. El 8x8 Dragón, llamado a revolucionar el parque de blindados del Ejército de Tierra, está a punto de llegar. Será este miércoles cuando Tess Defence, consorcio participado en su mayoría por la multinacional española Indra, hará entrega al Ministerio de Defensa de las primeras cuatro unidades, en un acto a puerta cerrada que se hará en la factoría sevillana de Santa Bárbara Sistemas.

La versión de zapadores (VCZ) será la primera desarrollada en el marco del Programa 8x8 que se incorporará oficialmente a las Fuerzas Armadas, después de someterse y superar un largo período de pruebas. La Dirección General de Armamento y Material, encabezada por el almirante Aniceto Rosique, firmará la recepción y, a continuación, transferirá estos vehículos blindados al Ejército de Tierra. Según ha adelantado Infodefensa, el resto de unidades del primer lote llegará a lo largo de abril, si no surgen nuevos contratiempos.

Durante dos meses, el Ejército español ha puesto a prueba los vehículos en las pistas de GDELS-Santa Bárbara en Alcalá de Guadaíra. Superado el test, los Dragón se desplegarán en el campo de maniobras de la Brigada de la Legión, en Almería, donde se empezará una nueva fase de evaluación operativa sobre el terreno. El objetivo: afinar cada detalle de los sistemas de los blindados antes de su despliegue definitivo.

8x8 Dragón, un programa bajo la lupa

La entrega de estas primeras unidades de los VCR 8x8 Dragón pondrá fin a un período marcado por retrasos, críticas y rumores de cancelación. En los últimos meses, medios como The Objective o El Confidencial llegaron a dar por muerto el proyecto, apuntando a fallos técnicos graves, dimisiones internas en el programa y una desconfianza creciente por parte del Ministerio de Defensa, con la ministra Margarita Robles insistiendo en varias ocasiones su política de "tolerancia cero" hacia unos retrasos que "no son aceptables" .

El contrato con el Ministerio de Defensa, valorado en 2.000 millones de euros, contempla la producción de 348 blindados hasta 2030. La previsión inicial de la primera entrega, que se tenía que haber hecho en 2024, incluía la entrega de 92 unidades, un objetivo que se ha tenido que reajustar después de las cero entregas realizadas del año pasado. En total, desde que se anunció la intención de renovar los antiguos BMR con el programa Dragón, este ha acumulado más de una década de retrasos, rediseños y sobrecostes.

La dimisión del jefe del programa Dragón, el coronel Vicente Infante, la imposibilidad de integrar ciertos sistemas clave y el descarte de la versión de caballería por un exceso de peso, marcaron un antes y un después en el desarrollo de del proyecto. Aún hoy, se busca todo tipo de soluciones para garantizar que el resto de configuraciones del programa 8x8 puedan fabricarse y salir adelante sin tropezar de nuevo.

  Entrega de siete vehículos RCC al Ministerio de Defensa.JOAQUÍN CORCHERO

El consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, ha justificado los retrasos de las entregas porque en Tess Defence se ha empleado ese tiempo para mejorar el diseño de un modelo que llegará a cuentagotas al ejército español, pero de los que se entregarán "bastantes" unidades este año, aunque De los Mozos no cha oncretado cifras. Más allá de este programa, el director general de la multinacional española ha defendido la necesidad de que España desarrolle capacidades propias dentro de la industria de defensa terrestre: "Es loable que España quiera desarrollar esas capacidades".

En esa línea, Indra ha intentado adquirir sin éxito la planta de Santa Bárbara instalada en el concejo asturiano de Trubia, propiedad de General Dynamics, con el objetivo de reforzar su presencia en el campo de la fabricación de vehículos militares terrestres. La operación no llegó a buen puerto y la multinacional española busca alternativas industriales para no quedarse fuera del futuro del sector. Entre sus planes destaca la reconversión de la planta de calderería pesada de Duro Felguera, en Gijón, que podría transformarse en un centro clave para la producción de blindados. 

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