Las tres horas y 28 minutos del Cecopi sin Mazón: "¡Enviad la alerta de una puta vez!"
La reunión de emergencias del 29 de octubre, en pleno caos por la DANA, estuvo protagonizada por una falta de liderazgo y de toma de decisiones. La alerta no se envió hasta las 20.11h. y hubo un receso de una hora que ahora la juez se cuestiona.
A las 15.00h. de la tarde del pasado 29 de octubre, la entonces consellera valenciana de Interior, Salomé Pradas, decidió convocar una reunión del órgano de coordinación de emergencias (Cecopi) para evaluar la difícil situación que se estaba dando en algunos territorios por las inundaciones derivadas de la DANA. Son momentos críticos, de especial incertidumbre, y la previsión que AEMET comunica a Emergencias es que lo peor estaba por llegar.
A esa hora de la tarde, ya se han cumplido casi ocho desde que la Agencia Estatal de Meteorología elevara a nivel rojo la alerta en varios puntos de la provincia de Valencia. "El peligro es extremo. No te acerques a cauces ni ramblas. Se están produciendo inundaciones", aseguraba en un tuit desde su cuenta oficial. Además, varios municipios habían cancelado las clases de ese día, la Universidad de Valencia echó la persiana y la Diputación había decidido enviar a sus trabajadores a casa.
Pero hubo más: a las 12.00 comenzaron a desbordarse barrancos del interior y a las 13.30 ya había poblaciones en las que las lluvias superaban los 200 litros por metro cuadrado. Es en esta situación cuando, a las 14.00h. Pradas solicita la intervención de la UME para la población de Utiel, cuyo alcalde había avisado a la consellera alertando del desbordamiento del río Magro.
Después de solicitar el despliegue de la UME, la consellera habló con los alcaldes de algunos municipios afectados. El alcalde de L’Alcudia le comunicó, sobre las 14:30, que “el barranco está desbordado y que ya hay un desaparecido”. Es entonces cuando Salomé decide convocar la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi). Pero no lo hace de manera inmediata, sino dos horas más tarde. A las 17.00h, cuando la situación será todavía más compleja.
"Es inexplicable que esa reunión no se convocara mucho antes, por la mañana", defendía este viernes en la Cadena SER el jefe de Climatología de la Aemet, José Ángel Núñez. Él fue uno de los participantes de dicha reunión, donde también se encontraban la citada Pradas, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé; el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo; el director general de Emergencias y Extinción de Incendios, Alberto Javier Martín Moratilla; o el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente José Mompó. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, no llegó hasta las 20.28h, como así se ha encargado él mismo de demostrar esta semana para evitar consecuencias judiciales a raíz del envío tardío de la alerta de emergencia.
Los mensajes que Núñez envió a sus compañeros durante aquella fatídica tarde, publicados este viernes en El País, demuestran el caos que se vivió en el Cecopi y la falta de acción ante una situación de emergencia que superó a muchos de sus miembros.
De hecho, en la primera hora de reunión (de 17.00 a 18.00h), nadie tomó decisiones pese a la información que iban facilitando los diferentes técnicos que tomaron la palabra sobre las zonas inundadas y las lluvias torrenciales. "Se estaban describiendo cosas muy graves (...) Otra cosa es que el que tuviera que tomar las decisiones estuviese preparado para sintetizar toda esa información y tomar una decisión rápida, que era lo que exigía ese momento", rememoraba este viernes Núñez.
Una hora de receso y discusiones por la alerta
A las 18.00 se suspendió el encuentro y las pantallas de quienes seguían la reunión por videoconferencia se fueron a negro. Un receso por el cual la juez de la DANA ha preguntado en una de sus líneas de investigación, puesto que tampoco es comprensible que la reunión se detuviera durante una hora sin llegar a ninguna conclusión.
"Aquí seguimos esperando, llevamos más de una hora de reflexión. Como ves, los de la Confederación Hidrográfica del Tajo están, pero del 112, no”, señalaba Núñez en un mensaje a sus compañeros a las 18.58h.
Unos minutos después, sobre las 19.00h, la reunión se reanudaba. Es entonces cuando ya se planteó abiertamente el envío de un mensaje de alerta a la ciudadanía. Tal como se demuestra en un audio difundido por La SER de aquella reunión, la delegada del Gobierno y la consejera de Interior preguntaron a un técnico por este sistema de aviso. “Puedes decir que durante una hora todo el que entre y salga de la zona lo reciba”, se le oye decir al experto en dicha grabación.
Para las 19.45h, la decisión de enviar el mensaje parece estar ya tomada. “Van a enviar mensajes masivos SMS a toda la provincia de Valencia”, transmitió Núñez en uno de sus WhatsApps. Sin embargo, el envío definitivo no se produjo hasta las 20.11h.
El sumario elaborado por la jueza de la DANA corrobora que el envío "tardío" de la alerta tuvo consecuencias demoledoras: la mayoría de los fallecimientos se produjeron antes de que la ciudadanía lo recibiera. En los casi 1.000 folios se incluyen numerosos testimonios de familiares de víctimas por las lluvias torrenciales. Casi todos coinciden en señalar en que sus seres queridos murieron entre las 19:00 y las 20:00.
El pasado 19 de febrero, RTVE publicó que técnicos del Cecopi exigieron enviar la alerta a la población en varias ocasiones entre las 18:00 y las 19:00, cuando supuestamente la reunión se encontraba en el receso. "¡Enviad ya de una puta vez la alerta!", le llegó a decir el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, a Pradas.
La exconsellera, según fuentes presentes en la reunión, entraba y salía continuamente a hablar por teléfono. Entre otros, con el presidente autonómico, Carlos Mazón. En concreto, hubo al menos cuatro comunicaciones entre ellos: 18.16h., 18.25h., 18.30h. y 19.43h.
Para el jefe de Climatología de la Aemet, la conclusión es clara: "Hubo una falta de liderazgo. En la reunión del 29 de octubre y en las siguientes a las que asistí". Las inundaciones de la DANA causaron 224 muertos, tres desaparecidos y una destrucción valorada en unos 17.000 millones de euros. Sin olvidar, además, a los dos operarios que murieron en las semanas posteriores durante las tareas de limpieza. Los damnificados, ahora, se están organizando en asociaciones, como la de Damnificados de la Dana de l'Horta Sud o la de Víctimas Dana 29 de octubre, aunque aún no han sido recibidos por la Generalitat.