Pedro Sánchez, "a prueba de bombas": ahora quiere cumplir una década en La Moncloa
El presidente del Gobierno dice encontrarse en "buena forma" y defiende la fortaleza de su Ejecutivo. Además, considera que ha alcanzado "una madurez" que le permite ver "con perspectiva" los problemas que le acorralan.
2025 ha sido un año aciago para Pedro Sánchez. A la caída de Santos Cerdán, toda una dinamita que le explotó en las manos sin apenas tiempo de reacción, se ha unido en estas últimas semanas la sentencia contra el fiscal general del Estado, las incesantes denuncias por casos de acoso sexual dentro del partido, las investigaciones contra su mujer y su hermano, el denominado 'caso Leire Díez'... Un sinfín de polémicas que han hecho zozobrar la imagen de su Gobierno. Sin embargo, Sánchez se niega a reblar y sigue confiando en llegar al final de la legislatura, prevista para 2027. Incluso más allá.
Este lunes, en el tradicional corrillo de periodistas para festejar la llegada de la Navidad, Sánchez se fijó una meta superior: completar una década en Moncloa. Para ello, tendría que superar las próximas generales y poder conformar un nuevo gobierno con fuerzas que ya le marcan distancias. Es el caso de Sumar, que ayer no se dejó ver en la cita con los medios de comunicación. Había poco que celebrar, parece, puesto que el ministro Bustinduy había exigido esa misma mañana a Sánchez que remodelara su Ejecutivo para "salir de esta situación", que "abochorna a la gente progresista" de este país.
Sánchez, sin embargo, evitó entrar en polémicas con sus socios de Gobierno y aseguró que tiene un "buen Ejecutivo" para recorrer la segunda parte de la legislatura. "No es un proyecto que acabe en 2027, trasciende de esa fecha", dijo ante los periodistas. De hecho, adelantó que los cambios que haga en el Gobierno serán "puntuales" y al dictado de la agenda política. Es decir, tendrá que sustituir de forma inminente a Pilar Alegría para ser candidata en las elecciones de Aragón y más adelante a María Jesús Montero para medirse con Juanma Moreno en Andalucía. Pero poco más. "Tengo un Ejecutivo a prueba de bombas" llegó a decir.
"Una ventana" de oportunidad con Junts en 2026
Pese a los casos de corrupción, la caída en las encuestas y las múltiples críticas de sus socios, Sánchez se ve "en buena forma" y "con ganas de continuar". Y considera que ha alcanzado un punto de madurez que le permite ver "con perspectiva" los problemas. Sin restarles gravedad, eso sí.
Por eso, entonó el mea culpa al asegurar que cometió un error al no haber actuado con la suficiente velocidad en los casos de acoso sexual denunciados dentro del PSOE, principalmente las denuncias referidas a Paco Salazar. "Puedo cometer un error, pero no dos", sostuvo. Una situación crítica que no considera que le pueda pasar factura a nivel orgánico. "Me siento muy respaldado por mi organización", dijo.
El líder socialista tiene un nivel de optimismo tal que hasta cree que las relaciones con Junts se pueden recuperar a lo largo de 2026. Aunque sabe cuál es el camino para ello: cumplir con lo pactado previamente. "Si hacemos eso, se puede abrir una ventana", dijo.
El presidente del Gobierno descartó, eso sí, reunirse con Puigdemont, aunque cree que las decisiones judiciales en relación con la amnistía que llegarán en 2026 pueden ayudar a suavizar las relaciones entre ambas formaciones.
¿Y con el resto de socios? Con Junqueras (ERC) se reunirá en Moncloa después de Navidad y deja la oportunidad de verse con otros grupos parlamentarios, aunque subraya que será una decisión exclusivamente suya. En cualquier caso, dudó de que los socios tengan interés en dejar caer el Gobierno ante la buena marcha de la economía y el empleo. Y más en un momento en el que España es un "contrapunto" al auge de la ultraderecha, como han evidenciado este mismo fin de semana las elecciones presidenciales en Chile.
Unos "sinvergüenzas"
Casi todos los ministros socialistas estuvieron presentes junto al presidente en el encuentro con los periodistas. María Jesús Montero, Diana Morant, Elma Sáiz (¿próxima portavoz del Gobierno?), Félix Bolaños, Óscar López, Fernando Grande-Marlaska, Ángel Víctor Torres o Carlos Cuerpo mostraron también una apariencia distendida y despreocupada, alejada del ruido informativo y mediático que se cierne sobre el Ejecutivo.
Porque la idea común es que la situación no es tan mala. Fuentes del Gobierno sostenían que los acosos de presunto acoso sexual no afectarán al voto de las mujeres y que los casos de corrupción tienen una misma raíz: Koldo, Ábalos y Cerdán. De hecho, sobre Leire Díez y el expresidente de la SEPI, Vicente Fernández, algunas de esas fuentes no dudaron en referirse a ellos como unos "sinvergüenzas" y están convencidas de que en el centro de las investigaciones está Servinabar, la empresa de la que presuntamente eran socios Santos Cerdán y el empresario Antxon Alonso.