Piden más de 266 años de cárcel para un padre acusado de maltratar física y psicológicamente a sus 8 hijos en Madrid
A dos de sus hijas, de 13 y 12 años de edad, les obligó a ver pornografía durante meses, les pedía felaciones y las forzó a tocar el pubis a su madre con el objetivo, según el Letrado, de provocarles rechazo a la sexualidad. También les practicó exploraciones ginecológicas a la fuerza para comprobar si eran vírgenes.
"Un clima de terror y humillación". El letrado de la Comunidad de Madrid ha pedido 266 años y 9 meses de prisión a un padre (médico de profesión) de Colmenar Viejo (Madrid) por maltratar a sus hijos —de entre 4 y 14 años— física y psicológicamente, así como una pena de más de 180 años de cárcel para la madre, quien no denunció los hechos.
En el escrito de acusación contra ambos, de unas 56 páginas, el letrado ha detallado algunos de los múltiples delitos perpetrados, entre los que se encuentran lesiones, amenazas, lesiones físicas y psíquicas, trato degradante e incluso agresiones sexuales contra dos de ellas.
Según el letrado, los hijos se enfrentaron a un "clima de terror y humillación" que el padre de familia perpetró "al menos desde el momento en que cada uno de dichos menores podían conscientemente, por razón de edad interactuar con sus padres" y hasta que llegó la denuncia de una de las niñas el pasado mes de marzo de 2023.
Los tres hijos mayores —dos niñas y un niño— fueron los que se llevaron la peor parte, según consta en el escrito al que ha tenido acceso la agencia EFE. De hecho, los encerraba en el sótano, atando a uno de ellos con cinta aislante, incluso y les golpeaba por ver la televisión o usar las redes sociales.
Les obligaba a ver porno, realizar felaciones y tocar el pubis a su madre
A dos de sus hijas, de 13 y 12 años de edad, les obligó a ver pornografía durante meses, les pedía felaciones y las forzó a tocar el pubis a su madre con el objetivo, según el Letrado, de provocarles rechazo a la sexualidad. También les practicó exploraciones ginecológicas a la fuerza para comprobar si eran vírgenes.
En algunos de los hechos narrados aparecen objetos como rodillos, cucharas de cocina, sacacorchos o vasos, los cuales utilizaba el padre para propinarles palizas. A veces incluso les obligaba a desnudarse para pegarles. A una de sus hijas le llegó a hacer un corte en el brazo con un cuchillo, mientras que a su hijo mayor, de apenas cinco años por aquel entonces, le tiró en una ocasión por las escaleras después de romper un juguete.
Muchas veces los niños se quedaban en casa para que las lesiones no se notaran y de hecho en más de una ocasión acudieron a centros hospitalarios para tratarse. La violencia no solo se practicaba contra sus hijos, sino que además también la ejercía contra su mujer, a quien también agarraba del cuello.
A pesar de ello, la acusación ha considerado que la madre "se posicionó siempre a favor de su cónyuge, justificando cada uno de sus actos violentos, al tiempo que obligó a sus hijos a mantenerlos en secreto" e incluso llegó a presionar a su hija para que cambiase la versión, encerrándola hasta la vista judicial y llamándola "garbanzo negro".