Una comisión 'gafada': cómo queda el PP tras el interrogatorio a Pedro Sánchez en el Senado
Horas y horas de lo que el presidente del Gobierno denominó "circo", entre explicaciones y evasivas del 'caso Koldo' y una sensación de oportunidad perdida para los de Núñez Feijóo, mientras el foco se queda en la anécdota de las gafas de Pedro Sánchez.

Y como llegó, pasó. La comparecencia de Pedro Sánchez en el Senado ya es historia. Tantas horas, tanto "circo" que diría el mismo presidente del Gobierno, para prácticamente nada. Porque el PP no ha conseguido dar ese ansiado 'golpe de mano' a la legislatura contra Sánchez por las sombras del 'caso Koldo', su entorno familiar y la financiación del PSOE. Dentro y fuera de la Cámara Baja se escuchaba la expresión "oportunidad perdida". En Génova... la procesión va por dentro.
El presidente ha llevado el interrogatorio a su terreno, gafas incluidas, las grandes protagonistas de la maratoniana mañana parlamentaria en la "comisión de difamación" [Sánchez dixit]. Porque en el infinito mar de memes que han brotado tras ver al presidente con unas gafas para ver de cerca —"todos vamos teniendo ya una edad" se podía leer—, la jugada de Sánchez la ha descrito Gabriel Rufián como solo él sabe hacerlo en la red de Elon Musk: "Al PP le ha salido tan bien lo del Senado que la noticia son las gafas de Sánchez". Podría ser el resumen perfecto de una mañana tensa, larga, pero en la que nunca dio sensación de ver a Pedro Sánchez contra las cuerdas.
Mucho se hablaba en la previa del tiempo que Sánchez llevaba preparando la sesión con su equipo más cercano en Moncloa. En el PP no eran menos y guardaban con cierto secretismo el nombre de su 'interrogador'. El elegido, Alejo Miranda de Larra, parlamentario por Cuenca y vinculado al PP madrileño. Incisivo, arrollador para unos, perfil demasiado bajo para otros, pero el elegido al fin y al cabo. Su pasado como paciente grave de coronavirus y su papel en la construcción del Zendal en Madrid han sido parte del 'duelo' con Sánchez. Y sí, si hablaron del Zendal lo hicieron también de Isabel Díaz Ayuso, que en presencia o ausencia siempre está. Como Venezuela.
Porque el enfrentamiento ha tocado todos los palos posibles en la larga sesión de intercambio verbal y gestual entre Miranda y Sánchez. A cada intento del senador popular, el presidente se escapaba con un repertorio de evasivas, ironía, confrontación directa o declaraciones más contundentes. Un combate 'nulo' del que ciertamente sale ganador el que más en juego ponía con su aparición en el Senado.
Hagamos repaso, La foto con Aldama —al que dice no conocer—, su hermano —"es inocente"— los negocios de su suegro y su posible financiación de la campaña para llegar a liderar el PSOE —"que mi suegro pudiera donar o no como particular, no tengo información"—, el supuesto rol de Begoña Gómez en el rescate de Air Europa —"nada tuvo que ver"—, la sospecha de financiación irregular del PSOE —"es absolutamente regular"— o sus liquidaciones en efectivo en Ferraz —"en alguna ocasión [...] "siempre, siempre, siempre con justificante y con trazabilidad"—. Y un remate: "Para algunas formaciones políticas los informes de la UCO son la Biblia cuando les viene bien, y cuando les vienen mal pues lo dejan a un lado".
Faltaba que el interrogado pasara al ataque, siempre irónico, para desconcertar al senador popular. De forma "retórica", se ha preguntado qué diría el PP "si la Administración hubiera dado un millón y medio de euros a una determinada empresa". O si "mi hermano hubiera cobrado una comisión de 280.000 euros por la adquisición de mascarillas". Ayuso, omnipresente. De lo que menos se habló fue de las vidas y milagros de Koldo, Ábalos y Cerdán, para alivio de la bancada socialista.
La versión de Génova: cada cual con su matiz
Como si de una noche electoral se tratara, cada partido celebra su victoria. Si lo hace un PSOE que cree salir reforzado del interrogatorio a Sánchez, el PP no iba a ser menos. Para Alberto Núñez Feijóo los "no me consta" y "no lo recuerdo" de Sánchez deberían servir de epitafio político. Porque "no puede seguir gobernando quien debe más silencio al “sólido” Ábalos y al “decente” Cerdán que explicaciones a la gente", ha añadido el líder popular en sus redes.
"España necesita un tiempo nuevo de reparación y limpieza. Y se lo daremos", ha prometido, en línea con otros prebostes del PP. Miguel Tellado, más irónico, se ha fijado en las gafa y el 'milagro Sánchez'. "Se obró el milagro al final de la comparecencia. Sánchez empezó necesitando gafas para ver de cerca y terminó pudiendo leer sin ellas. Todo en él es mentira. TODO".

La portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz, ha ido desglosando el interrogatorio a golpe de tuit, destacando la "memoria selectiva" que a su juicio ha demostrado Pedro Sánchez. Pero ella misma añade que "más allá de sus chascarrillos y sus habituales faltas de respeto, está siendo muy relevante la comparecencia de Sánchez porque es evidente que ha preparado el día de hoy con abogados". "Sólo hay que comprobar las preguntas a las que ha respondido taxativamente con un sí o un no. Y qué preguntas ha bordeado, cuidadosamente, para defenderse judicialmente a futuro", expone Muñoz en X.
"En EEUU eso suena a testificar como un culpable. En España, a comparecer como presidente acorralado por la verdad", ha apuntado la portavoz popular en el Senado, Alicia García, apoyándose en la larga retahíla de evasivas manejadas por Sánchez en su esperado retorno a la Cámara Baja.
Pasados los actos del aniversario de la DANA y coleando aún el papelón de Mazón en el homenaje de Estado, el PP se agarraba al Senado para hacerse fuerte ante Sánchez. Pero pasaron las horas, los turnos de intervención, las respuestas de Pedro Sánchez y colorín, colorado, este circo se ha acabado. Por ahora.
