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Adiós a la Europa de siempre: el proyecto titánico que transformará el continente al conectar tres mares

Adiós a la Europa de siempre: el proyecto titánico que transformará el continente al conectar tres mares

La primera fase se prevé completada para 2030. 

16 de febrero de 2022: Frank-Walter Steinmeier y Egils Levits, conversan sobre Rail Baltica con Agnis Driksna, presidenta del Consejo de Administración de Rail Baltica Projektgesellschaft, y Burhan Erkan, director general de DB Engineering & Consulting GmbH.dpa/picture alliance via Getty I

Europa se prepara para una transformación histórica con la construcción de Rail Baltica, un ambicioso proyecto ferroviario que promete unir los mares Báltico, Negro y Egeo antes de 2030. En un momento de crecientes tensiones geopolíticas, este corredor estratégico también reforzará la cohesión económica, militar y política de la Unión Europea.

La base del proyecto es la creación de una red ferroviaria de alta velocidad y doble vía que integrará a Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, y en fases posteriores, Ucrania, Moldavia y los Balcanes, consolidando una línea de conectividad entre el norte y el sur del este europeo. 

Rail Baltica forma parte de dos corredores prioritarios de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T), y se perfila como una herramienta clave para la reconstrucción de Ucrania y el refuerzo logístico de la OTAN.

Avances y cifras millonarias

Con más de 4.000 millones de euros de inversión asegurados el proyecto avanza con paso firme. En Estonia, ya están en marcha obras en más de 70 kilómetros. Letonia ha firmado acuerdos clave para 230 km de construcción, mientras que Lituania lidera en ritmo de diseño y ejecución. Además, se está desplegando el sistema europeo de control de trenes (ERTMS) y obras de electrificación, marcando un hito técnico sin precedentes en la región.

El contexto internacional ha elevado la importancia de Rail Baltica más allá del transporte civil. La OTAN y la UE lo consideran un pilar clave para la movilidad militar en el flanco oriental de Europa. La infraestructura permitirá movilizar tropas, suministros y equipamiento con mayor rapidez y seguridad, reforzando la disuasión frente a amenazas en el Este.

Conectar los países bálticos con Polonia es la primera fase y se prevé completada para 2030. Sin embargo, la gran ambición es extender la red hasta los mares Negro y Egeo, integrando a Europa del Este en una red de transporte de escala continental. Para ello, nuevas alianzas público-privadas y rondas de financiación están ya en marcha, con la esperanza de que este "tren del futuro" sea también un símbolo de unidad y resiliencia europea.