Adiós al último glaciar en un mítico paisaje de los Pirineos. Pierre René, glaciólogo, se ha mostrado pesimista sobre la evolución del último glaciar de Haute-Garonne: "Nunca imaginé que todo sucedería tan rápido".

El fundador de la asociación Moraine ha explicado al medio La Dèpêche que el glaciar medía en el año 2000 13,5 hectáreas y, en la actualidad, alcanza las 4,5 hectáreas, una caída de dos tercios en un cuarto de siglo.

"Se consideraban menos importantes que los de los Alpes, por lo que poca gente se interesaba realmente por ellos", ha defendido el experto, antes de hablar del efecto del calentamiento global.

"Ya sabíamos que los glaciares no estaban en su mejor estado, porque en los Alpes estábamos viendo algunos ligeros descensos, pero nunca hubiera imaginado que todo sucedería tan rápido", ha razonado.

El último glaciar de Luchonnais alcanza las 4,5 hectáreas, unos seis campos de fútbol. "Hace unos años había grietas, pero hoy han disminuido en masa, por lo que han desaparecido. Un glaciar es como un ser vivo, evoluciona", ha detallado.

"Las altas montañas son un mundo aparte. Allí arriba solo hay dos estaciones: verano e invierno. Alrededor de mayo, puedo empezar a escalar, tomar medidas y evaluar la situación con mi equipo", ha contado.

El glaciólogo ha reconocido que con el calentamiento global "la capa de nieve es más débil y los glaciares se ven obligados a adaptarse". "Para nosotros, los humanos, parece soportable, pero para ellos es enorme. Es una prueba irrefutable de que tiene consecuencias", ha expuesto.

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