Adrián, 33 años, vive sin cobertura en una aldea perdida de Asturias y define así su día a día: "Te puedes ir fuera y tener tu historia, pero yo no quería abandonar lo que somos ni de dónde venimos"
Sociedad
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Adrián, 33 años, vive sin cobertura en una aldea perdida de Asturias y define así su día a día: "Te puedes ir fuera y tener tu historia, pero yo no quería abandonar lo que somos ni de dónde venimos"

Se trata de "uno de los lugares más protegidos de España".

Vista panorámica de la localidad de Cudillero, en Asturias.RAMON MENENDEZ COVELO

"En esta aldea, los humanos y los osos han aprendido a convivir juntos, aunque nunca hayan tenido una buena relación", cuenta Rody en su perfil de Youtube, un creador de contenido que comparte sus viajes en redes sociales. Se trata de una pequeña aldea entre los montes asturianos donde Adrián vive aislado del mundo para mantener la tradición de su familia: la miel. Probablemente, "uno de los lugares más protegidos de España".

En su publicación, que ha alcanzado más de 1.500 Me gusta, este joven de 33 años, decidió mantener la tradición de sus abuelos. Vive en la localidad, rodeado de naturaleza y ejerce de apicultor con una misión "muy clara", "proteger el legado de su familia". "Se lo digo a todo el mundo. Este es el lugar donde más a gusto estoy. Dónde más feliz estoy. Dónde puedo ser yo mismo".

El lugar donde trabaja es igual de especial que su estilo de vida. Protege "los cortínes", unas construcciones típicas de la zona sur occidental de Asturias que sirven para hacer convivir la tradición de apicultura con la presencia de los osos. "La solución que se encontró fue levantar este tipo de construcciones, normalmente en forma circular, con tres metros de altura. Una especie de castro redondo", explica el protagonista. Dentro, continúa, se colocan las colmenas para protegerlas de estos animales salvajes.

De este modo, y hace unos años, Adrián decidió volver al pueblo para reconstruir y rehabilitar estos lugares y dedicarse a la producción de la miel. Ahora, quiere llevar el legado "más lejos" de los que sus antepasados pudieron. "La idea de la marca, mi padre siempre lo tuvo en mente, pero nunca terminó de conseguirlo".

En cuanto a la convivencia con los salvajes osos, asegura que no tiene ningún problema. "Ellos son asustadizos, y nada más que detectan que hay algo que no va con ellos, huyen", explica. "Hay que tener un poco de cuidado, pero él por su sitio y nosotros por el nuestro". 

Para alcanzar su objetivo, en su día a día hace kilómetros por caminos abruptos entre montañas, pero tiene claro cuál es su sueño. "Estamos bombardeados por estímulos en redes sociales. Todos tenemos que ser millonarios, emprendedores e invertir. Puedes desarrollar una carrera profesional muy alta, pero yo no es lo que quiero. Esto es lo que realmente quiero hacer".

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