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Antonio, agricultor andaluz de 51 años: "Ahora mismo gano 55 euros al día, pero nosotros trabajamos, como máximo, 5 meses al año"

Antonio, agricultor andaluz de 51 años: "Ahora mismo gano 55 euros al día, pero nosotros trabajamos, como máximo, 5 meses al año"

Durante los meses de mayor actividad, el ritmo es intenso y no hay días de descanso.

Foto de archivo de un agricultor.
Foto de archivo de un agricultor.Getty Images

Antonio Cabrera, de 51 años, lleva casi dos décadas dedicado al trabajo en el campo. Su experiencia como jornalero lo ha llevado a participar en diversas campañas agrícolas, aunque su principal ocupación ha sido la recogida de fresas en Huelva, una actividad que define su rutina y sus ingresos.

Cada jornada comienza antes del amanecer. A las siete de la mañana ya está en la finca, donde permanece entre seis y siete horas recolectando fresas. Durante los meses de mayor actividad, el ritmo es intenso y no hay días de descanso. Sin embargo, esta intensidad contrasta con los periodos de inactividad que siguen a la campaña, cuando el trabajo escasea y los ingresos desaparecen.

Antonio gana 55 euros diarios, una cifra que considera aceptable en términos individuales, pero insuficiente para sostenerse durante todo el año. En los mejores meses puede reunir entre 1.200 y 1.300 euros, aunque ese nivel de ingresos es efímero. "Después hay que tirar de lo ahorrado o buscar trabajo en otras campañas, como la del olivar o la fruta de hueso", comenta.

La temporalidad es una constante en la vida de los jornaleros andaluces. La campaña de la fresa, principal fuente de empleo en Huelva, dura apenas cinco meses. Algunos trabajadores logran enlazar con otras campañas, como la del arándano, el melocotón o la aceituna, pero no siempre hay suerte. "Nos gustaría trabajar todo el año, pero no es posible·, lamenta Antonio.

Además de la inestabilidad, las condiciones laborales son duras. Las jornadas bajo el sol, el esfuerzo físico de agacharse durante horas y cargar cajas, y la falta de descansos hacen mella en el cuerpo. "Hay días que no puedes más, pero si no trabajas, no cobras", explica.

Aunque el convenio del campo establece salarios mínimos, muchos jornaleros denuncian que los sueldos apenas han variado, mientras el coste de vida sigue en aumento. Antonio ha trabajado en distintas zonas de España, desde Jaén hasta Lleida, siguiendo las campañas. "Somos trabajadores del campo todo el año, pero sin estabilidad. Vamos donde hay trabajo", resume.