David Ramírez, experto financiero, sobre cómo organizar las finanzas en pareja con el método de 'una sola bolsa': "Cada uno tiene 1.650 euros para gastar en lo que quiera"
En España la tasa media de ahorro apenas ronda el 13,6%.
Hablar de dinero en pareja no siempre es fácil, pero hacerlo bien puede marcar la diferencia entre una relación llena de tensiones y una que avanza hacia objetivos comunes. Ahorrar juntos, además de ser una cuestión financiera puede ser una forma de construir confianza, reforzar la comunicación y crear un proyecto compartido.
En un país donde ahorrar sigue siendo complicado, sobre todo para los más jóvenes—la tasa apenas ronda el 13,6% frente al 20% recomendado––, organizar las cuentas en pareja es una alternativa que llama mucho la atención.
Compartir gastos facilita el control financiero, sin embargo, suele provocar desacuerdos. De hecho, más de la mitad de las parejas españolas han discutido por dinero. Las razones son varias: diferencias salariales, hábitos de gasto opuestos o simplemente la falta de un sistema claro para gestionar las cuentas.
Unir cuentas
El experto en finanzas personales y empresa David Ramírez, conocido en redes como @ramgaldavid, propone una metodología sencilla. Se trata del sistema de “una sola bolsa”, pensado especialmente para parejas con ingresos desiguales que buscan equidad, transparencia y paz económica.
Según explica Ramírez, ambos miembros de la pareja ingresan todos sus ingresos en una sola cuenta común. Con ese dinero se pagan absolutamente todos los gastos compartidos: alquiler o hipoteca, suministros, internet, comida, ocio conjunto e incluso la parte destinada al ahorro. Una vez cubierto todo lo común, el resto del dinero se divide al 50%.
“Si tú ganas 3.000 euros y tu pareja 2.500, sumáis 5.500 euros. Todo eso va a una sola bolsa. Pagáis los gastos, que pueden sumar unos 2.200 euros. Y lo que sobra, 3.300, se divide a partes iguales. Cada uno tiene 1.650 euros para gastar en lo que quiera sin pedir permiso al otro”. Según el experto, este sistema evita tensiones y, a la vez, garantiza una independencia financiera individual dentro de la convivencia.
Un método que divide opiniones
La propuesta ha generado un amplio debate. Muchos usuarios defienden la idea porque consideran que es una forma justa de gestionar ingresos distintos: nadie aporta más “carga” a la convivencia y ambos disfrutan de la misma capacidad económica personal, lo que reduce conflictos o desacuerdos.
Sin embargo, no todos están de acuerdo. Algunos opinan que este sistema favorece al miembro con ingresos más bajos, que termina teniendo la misma cantidad libre para gastar que quien aporta más a la cuenta común. Para ellos, este modelo puede crear la sensación de inequidad.
Ramírez insiste en que lo importante es la capacidad de la pareja para hablar de dinero sin miedo: “El objetivo no es controlar, es construir. Si hay transparencia, cualquier sistema puede funcionar”.
El dinero y la pareja
Según “I Estudio sobre Finanzas Personales y Estilo de Vida” elaborado por BRAVO, casi la mitad de las parejas no habla con frecuencia sobre sus finanzas y un 32% ni siquiera tiene un acuerdo definido para dividir los gastos diarios.
A pesar de las dificultades, las parejas españolas sí comparten metas financieras. El 54% planifica a largo plazo y ahorrar para comprar una casa es el objetivo más común. Además, menos de un tercio ha recurrido a préstamos para cumplir sueños compartidos como viajes o celebraciones, lo que refleja una preferencia por mantener cuentas saneadas.
Cada pareja tiene sus propios ingresos y circunstancias, y cada uno los gestiona como considera adecuado. Sin embargo, hay algo que no puede faltar en ningún hogar y es la comunicación. Hablar de dinero es clave para evitar conflictos y construir confianza. De hecho, el 74% de las parejas afirma ser transparente sobre sus ingresos y gastos, lo que demuestra que la honestidad financiera es la base para una relación sólida.