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Descubre un tesoro de los años 70 por valor de 98.000 euros y su felicidad se esfuma cuando el cartero llama a la puerta

Descubre un tesoro de los años 70 por valor de 98.000 euros y su felicidad se esfuma cuando el cartero llama a la puerta

El artículo 2935 del Código Civil italiano se ha convertido en el muro que separa a la heredera del dinero que había olvidado su madre, muerta por COVID, en una maleta.

Una mujer de Turín se ha encontrado un tesoro en una maleta olvidada en casa de su madre.
Una mujer de Turín se ha encontrado un tesoro en una maleta olvidada en casa de su madre.Harald Freudenmacher

Lo que en 2021 parecía un golpe de suerte, encontrarse en casa de su madre una maleta olvidada llena de bonos postales italianos de los 70, valorados en casi 100.000 euros, ha terminado por convertirse en una pesadilla legal para una mujer de 63 años, natural de Turín, que a día de hoy no solo no ha visto ni un euro sino que, paradójicamente, ha tenido que enterarse con una carta certificada de que el Estado quizá nunca se los vaya a pagar.

El hallazgo se produjo hace tres años, cuando la protagonista de esta historia viajó desde Turín hasta Bríndisi para vaciar la casa familiar tras la muerte de su madre, diagnosticada de párkinson y fallecida por covid en la pandemia. Mientras revisaba armarios y cajones, dio con una maleta en la que se encontró quince bonos postales (buoni postali fruttiferi), que se emitieron entre 1975 y 1979. En aquel momento tenían un valor nominal de cerca de 7,5 millones de liras, aunque después de solicitar una actualización de su valoración a la asociación Giustitalia, una entidad que defiende a ciudadanos en conflictos legales con la administración pública, descubrió que con los intereses acumulados durante décadas, los bonos podrían tener un valor de 98.736 euros.

Pero esos bonos no eran simples documentos antiguos ni recuerdos familiares sin valor. Se trataba de una modalidad de ahorro muy común en la Italia de los años 70, productos emitidos por el Estado y vendidos directamente en las oficinas de correos. Cualquier ciudadano podía hacerse con uno, guardarlo en casa y recuperarlo años después con intereses. En Italia, miles de familias los han utilizado como fórmula segura para guardar dinero sin pasar por el banco. Algo similar a los productos de deuda pública que también se pueden contratar en España, como las Letras del Tesoro o los bonos del Estado, aunque en una versión más sencilla, sin comisiones y pensada para todo el mundo. Por eso tantos han acabado olvidados en archivadores, cajas o, como en este caso, en una maleta familiar que nadie había vuelto a abrir.

Cuando el cartero no trae buenas noticias

Con la documentación en regla y un informe técnico en la mano, la mujer ha solicitado el reembolso de sus bonos postales tanto a Poste Italiane, la entidad que es actualmente la responsable de su gestión, como al Ministerio de Economía. Después de seguir todos los pasos exigidos para recuperar el valor de sus productos financieros antiguos, convencida de que le correspondía el importe íntegro actualizado, lo único que ha recibido ha sido una carta certificada en la que se le informa de que los títulos podrían haber prescrito y, por tanto, quedar fuera de plazo legal para su cobro. 

Ni una explicación detallada, ni la posibilidad de presentar un recurso administrativo: solo una fórmula ambigua y una advertencia legal que ha sembrado más dudas que certezas. Desde entonces, la turinesa ha intentado recabar nueva documentación sobre los bonos y también ha pedido más aclaraciones, pero lo único que ha conseguido es el silencio de la administración. El hallazgo, el que parecía prometer cierta estabilidad económica, se ha convertido en una sucesión de trámites frustrados y sobres con sello oficial.

Según ha informado el Quotidiano Piemontese, el de esta turinesa no es un caso aislado. En Italia hay más de diez millones de productos financieros antiguos sin cobrar, entre los bonos postales, las libretas de ahorro, los certificados del Tesoro o los depósitos a plazo fijo, que siguen en manos de muchas familias o de sus herederos que, en muchos casos, ni siquiera saben de su existencia. La clave del caso está en cómo se interpreta el artículo 2935 del Código Civil italiano, que establece que el plazo de prescripción empieza “desde el momento en que puede ejercerse el derecho”. El problema es que la norma no aclara cuándo empieza ese momento en el caso de bonos antiguos como estos.

La afectada, con ayuda de Giustitalia, ha recurrido a los tribunales italianos para que, tal y como ha ocurrido con demandas similares, que han obtenido sentencias favorables. Aún así, la resolución dependerá de si el juez encargado de este caso considera que es válido el argumento de que la prescripción debe comenzar desde que se tuvo conocimiento del contenido de la maleta y no desde la emisión de los bonos.