Descubren una civilización de 13.000 años de antigüedad que cambia radicalmente la cronología de la historia
La antigüedad de Göbekli Tepe, estimada en unos 13.000 años, desafía de manera significativa el cronograma aceptado de la civilización humana.
Göbekli Tepe, ubicado en la actual región de Anatolia, en Turquía, representa algo mucho más profundo que un simple resto arqueológico; es la evidencia de una civilización avanzada y hasta ahora desconocida. Esta teoría se basa en diez razones convincentes que cuestionan las versiones históricas tradicionales.
Para empezar, la antigüedad de Göbekli Tepe, estimada en unos 13.000 años, desafía de manera significativa el cronograma aceptado de la civilización humana. La complejidad y el tamaño del sitio indican que no fue obra de simples cazadores-recolectores, sino de una sociedad mucho más desarrollada.
En segundo lugar, el proceso de hallazgo del sitio añade aún más misterio. Aunque arqueólogos estadounidenses identificaron Göbekli Tepe en los años 60, su verdadera importancia fue subestimada hasta que Klaus Schmidt, un arqueólogo alemán, comenzó las excavaciones en 1994. El trabajo de Schmidt demostró de forma definitiva que el lugar era prehistórico, no medieval, sugiriendo un origen mucho más antiguo y complicado.
Además, el largo periodo en el que el lugar permaneció oculto, sumado a los daños provocados por los habitantes locales, tiene consecuencias importantes. Solo se ha excavado cerca del 5% de Göbekli Tepe, lo que significa que todavía queda una gran cantidad de información por descubrir que podría cambiar radicalmente nuestra visión de las primeras sociedades humanas.
La idea de que las sociedades complejas no existían hace 12.000 años se pone en duda con la presencia de Göbekli Tepe. Las gigantescas piedras del sitio, algunas de hasta 50 toneladas, sugieren un nivel de organización y destreza técnica que no se asocia habitualmente con los grupos nómadas de cazadores-recolectores.
La asignación de mano de obra y recursos que requería la construcción de Göbekli Tepe indica la existencia de una fuerza laboral estructurada. Se calcula que se necesitaron más de 500 personas para extraer y mover las piedras, algo difícil de concebir para comunidades nómadas sin una organización social establecida.
Además, la sofisticación arquitectónica e ingenieril observada en Göbekli Tepe sugiere conocimientos técnicos avanzados. La precisión en el diseño y el método de construcción demuestra que los constructores eran expertos en geometría y matemáticas.
Es particularmente relevante que Göbekli Tepe precede a innovaciones tecnológicas clave como la metalurgia, la escritura o la rueda, lo que indica que sus creadores tenían habilidades de planificación y organización que normalmente se asocian con civilizaciones más avanzadas, surgidas mucho después.
Un estudio publicado en 2020 reafirmó la complejidad geométrica del sitio, mostrando que sus constructores poseían un profundo conocimiento de la geometría aplicada, lo que respalda la idea de que no eran en absoluto sociedades primitivas.
