Di adiós a las miradas de los vecinos con la hierba de crecimiento rápido que crea una cerca viva en tiempo récord
Una alternativa natural y barata a las vallas de jardín de toda la vida está arrasando entre los que buscan intimidad en su jardín sin hipotecarse ni pedir permisos.
La escena es más común de lo que parece: llega el buen tiempo, sacas una silla al jardín y, al segundo de sentarte, notas la mirada de tu vecino clavándose en tu nuca, fiscalizando cada uno de tus movimientos desde su terraza. La privacidad en espacios exteriores se ha convertido en una prioridad para muchos propietarios, pero las soluciones de toda la vida, como las vallas de madera, son caras, difíciles de montar y, en muchos casos, exigen tener permisos municipales. De ahí que cada vez más personas estén optando por lo que en Lituania ya se ha bautizado como gyva tvora, o lo que es lo mismo, una cerca viva.
Según ha publicado Sveika Mokykla, una web lituana dedicada a la difusión de noticias de salud, “estas pantallas vegetales no solo te dan privacidad en tiempo récord, en cuestión de semanas, también te dejan un jardín que parece salido de una revista". Además de su eficacia garantizando intimidad, está su precio: una valla convencional puede costarte un dineral, pero estos setos se montan con cuatro herramientas básicas y un poco de maña.
Además de por lo que valen, cuando uno quiere descansar en su propio jardín sin sentirse observado, una pared vegetal se convierte en la opción elegante y ecológica que por otro lado, presenta una ventaja frente a las tradicionales: no hace falta tener licencia municipal de obras para su instalación. Ni informes técnicos, ni planos, ni tampoco problemas con los vecinos por los lindes.
La trinidad verde del cerco exprés
El Miscanthus sinensis, conocido como plumerillo o miskantus, se ha convertido en una de las opciones favoritas para quienes buscan intimidad en el jardín sin levantar una valla. A pesar de que en primavera parece paja vieja, en cuanto aprieta el calor se dispara hasta formar una pantalla vegetal que pasa de los dos metros. Todo, antes de acabar el verano.
El bambú y la hierba de las pampas también cumplen con nuestro objetivo de conseguir cierta intimidad por la vía rápida: alcanzan una altura más que estimable en poco tiempo, apenas necesitan cuidados y aportan un toque decorativo a nuestro jardín Eso sí, mejor optar por variedades no invasivas si no se quiere que acaben brotando en el jardín del vecino. En seis semanas, cualquiera de estas opciones crea una barrera eficaz y frondosa.
El proceso de plantación no tiene misterio. Se prepara el terreno, se airea con compost o fertilizante, y se colocan las plantas dejando entre 60 y 90 centímetros entre cada una. Al principio hay que regarlas con frecuencia, pero una vez , apenas piden mantenimiento. Con una poda ligera y un riego profundo de vez en cuando, la cerca se mantiene frondosa, vertical y sin calvas. Un seto vivo bien cuidado dura años y mejora con el tiempo, como los buenos jardines.
Y el plus no es solo estético. Estas pantallas naturales también ayudan a mejorar la calidad del aire, reducir el ruido del exterior y crear una sensación real de oasis doméstico. Todo, sin levantar un muro. Literalmente.
Así que si no quieres más miradas indiscretas, pero tampoco quieres meterte en obras, esta alternativa verde tiene todas las papeletas para convertirse en tu nueva aliada. Basta con un poco de tierra, unas cuantas plantas bien elegidas y las ganas de convertir tu jardín en tu propio rincón sagrado.