Dos buques de 800 millones de euros no pueden usarse porque al cliente se le olvidó construir un muelle
Se ha convertido en uno de los mayores bochornos logísticos.

El proyecto para incorporar dos nuevos ferris —Spirit of Tasmania IV y Spirit of Tasmania V— a la ruta entre Tasmania y la Australia continental se ha convertido en uno de los mayores bochornos logísticos. Los buques, construidos en el astillero finlandés de Rauma y valorados en conjunto en unos 800 millones de euros, no pueden entrar en servicio porque el muelle necesario para recibirlos no estará terminado hasta dentro de un año.
El Spirit of Tasmania IV llegó a Australia en agosto de 2025 tras un periplo inusualmente largo, marcado por retrasos, averías y un parón forzado de seis meses en Escocia. Aunque debía atracar en Devonport, su puerto base, se vio obligado a permanecer temporalmente en Geelong (Melbourne) por la falta de un muelle de suficiente profundidad.
Su gemelo, el Spirit of Tasmania V, entregado en junio, ni siquiera ha iniciado su viaje a Australia: continúa en el puerto de Leith, en Edimburgo, a más de 17.000 kilómetros de destino. Las autoridades australianas estiman que aún tardará meses en poder zarpar.
Ambos barcos, de 212 metros de eslora, representan un salto respecto a la flota anterior. Propulsados por motores Wärtsilä de doble combustible (diésel y GNL) con una potencia combinada de 41 MW, pueden transportar hasta 1.800 pasajeros, un 40 % más que los ferris actuales.
