El monumento de Córdoba que una reina mandó derruir porque le provocaba fuertes dolores de cabeza
Ocurrió durante el verano de 1492.

Las jaquecas son mucho más que un simple dolor de cabeza; se presentan en un malestar tan intenso que pueden transformar una jornada normal en un auténtico suplicio. Este trastorno, que afecta a personas de todas las edades y estilos de vida, a menudo viene acompañado de sensibilidad a la luz, al ruido y otros síntomas debilitantes. De este insoportable dolor entendía bastante bien la reina Isabel I de Castilla, la Católica.
Fue en una de sus estancias en Córdoba, junto a Fernando II de Aragón, que estos dolores se agravaron tanto que se vio obligada a deshacerse de uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Ocurrió durante el verano de 1492, cuando Isabel sufría de una jaqueca que le impedía conciliar el sueño en el Alcázar de Córdoba y el Molino de la Albolafia no hacía más que incrementar su insomnio.
Se trataba de una noria de 15 metros de diámetro que giraba para elevar el agua que regaba los jardines regios y que se ubicaba a 90 metros de la fachada sur de la residencia real. Esta obra arquitectónica se había convertido en aquel entonces en un emblema de la ciudad, hasta el punto de que figura en el escudo local desde el siglo XIV. Además de cumplir una función muy valiosa, esta noria era muy querida entre los ciudadanos.
Una orden de derribo
Según consta en los documentos históricos, la vibración constante y el incesante movimiento de la noria perturbaban el sueño de la reina. Al parecer, a Isabel le molestaba el ruido que hacía rotar su eje, lo que sumado a su cercana ubicación a la residencia real motivó la drástica decisión de ordenar su derribo. La medida, que en su momento causó gran revuelo entre los habitantes, ha sido objeto de análisis por parte de numerosos historiadores.
Cuando se sufre de jaqueca hasta el más mínimo ruido puede resultar molesto, por lo que la reina no dudó en desmontar la noria, pese a toda la historia que cargaba el monumento. Su desaparición fue ordenada en aras del bienestar personal de Isabel, pero no todos apoyaron esta decisión. La historia hizo que la noria de la Albolafia se convirtiera en uno de los elementos más característicos de la ciudad tras ser posteriormente reconstruida.
La construcción fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y se integra en el Casco Histórico de Córdoba, que es Patrimonio de la Humanidad. Según recoge el Diario de Córdoba, esta noria podría volver a lucir todo su esplendor, ya que José María Bellido, alcalde de la ciudad, anunció hace un par de años las obras de recuperación y restauración del emblemático monumento. Aunque todavía el proyecto se encuentra en las primeras fases, los habitantes no pierden la esperanza de volver a pasear a los pies de este elegante emblema local.
