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El titán de los mares de 4,3 metros, 745 kilos y 30 años emerge en el Atlántico y los científicos inician la gran investigación

El titán de los mares de 4,3 metros, 745 kilos y 30 años emerge en el Atlántico y los científicos inician la gran investigación

Su tamaño y peso lo convierten en un espécimen excepcional, cuya observación puede aportar valiosa información sobre la salud de los ecosistemas oceánicos.

Imagen de un tiburón.

Un impresionante ejemplar de tiburón blanco ha sido avistado en aguas canadienses, marcando un hito en la historia de la investigación marina. Bautizado como Contender, este tiburón de 4,3 metros de longitud y 745 kilos de peso se ha convertido en el más grande jamás documentado en la región del Atlántico norte, según datos proporcionados por la organización OCEARCH, dedicada al estudio de grandes animales marinos.

El avistamiento tuvo lugar en enero, a unos 72 kilómetros de la costa entre Florida y Georgia, cerca de Jacksonville. Aunque el hallazgo se produjo en aguas estadounidenses, el seguimiento del animal ha revelado que se desplaza hacia el norte, alimentándose de focas en las costas canadienses antes de la llegada del invierno. Este comportamiento migratorio es clave para comprender los patrones de movimiento de los tiburones blancos en el Atlántico y su papel en el equilibrio ecológico marino.

La presencia de Contender en Canadá no solo ha despertado el interés de científicos y conservacionistas, sino también de la opinión pública, fascinada por las imágenes del gigantesco escualo. Su tamaño y peso lo convierten en un espécimen excepcional, cuya observación puede aportar valiosa información sobre la salud de los ecosistemas oceánicos y los efectos del cambio climático en las rutas migratorias de estos depredadores.

OCEARCH ha destacado la importancia de este hallazgo para la ciencia marina, subrayando que el seguimiento de tiburones como Contender permite mejorar las estrategias de conservación y protección de especies vulnerables. 

Además, el estudio de su comportamiento podría ayudar a prevenir encuentros peligrosos con humanos y a fomentar una convivencia más segura entre las comunidades costeras y la fauna marina. Este avistamiento reafirma el papel de Canadá como punto clave en la ruta migratoria de los tiburones blancos y abre nuevas puertas para la investigación científica en el Atlántico norte.