Muchos conductores británicos recurren a un sencillo truco para hacer que sus coches sean invisibles a los radares de velocidad y evitar así las multas impuestas por esta infracción. Una peligrosa práctica que podría extenderse a España y convertirse en un auténtico dolor de cabeza para la Dirección General de Tráfico (DGT).

Las autoridades de Reino Unido han emitido una advertencia sobre el creciente uso de "placas fantasma" o matrículas ilegales que permiten a los conductores eludir las cámaras de velocidad, informa Derby Telegraph. Estos dispositivos, también conocidos como placas 3D o 4D, funcionan de manera que reflejan los flashes de las cámaras, dificultando su lectura y permitiendo a los infractores escapar de las sanciones.

El problema fue expuesto públicamente hace dos años por el profesor Fraser Sampson, quien, en aquel momento, estaba a cargo del sistema de Reconocimiento Automático de Matrículas (ANPR) del país. Estimó que, aproximadamente, uno de cada 15 conductores lograba burlar con éxito el sistema. 

En una carta enviada al secretario de Transporte, Mark Harper, Sampson expresó su frustración por la falta de acción en la lucha contra estas prácticas ilegales. En respuesta, algunos ayuntamientos, como el de Wolverhampton, han implementado tecnología avanzada capaz de detectar las placas manipuladas, cuyo uso puede acarrear multas de hasta 100 libras esterlinas (117 euros). Aun así, la práctica se sigue realizando y generando una gran preocupación.

Multas injustas para conductores inocentes

Sampson describía también en su misiva cómo los conductores clonaban matrículas, ponían cinta reflectante o compraban "placas ocultas" para evitar sanciones por exceso de velocidad o por entrar en zonas de bajas emisiones. Además, el profesor destacó una de las principales debilidades del sistema ANPR: la tasa de precisión de la lectura de matrícula es del 97%, lo que significa que cada día se registran alrededor de 2,4 millones de lecturas incorrectas, resultando en multas injustas para conductores inocentes.

El sistema ANPR, que depende de la lectura de matrículas para identificar infracciones, es utilizado en más de 15.400 carriles de tráfico equipados con cámaras, generando entre 75 y 80 millones de lecturas diarias. A pesar de la sofisticación tecnológica, el sistema aún depende de una placa de matrícula adherida a cada vehículo.

En este sentido, Sampson criticó la falta de regulación en el mercado de matrículas, que facilita la fabricación y venta de placas ilegales. "El resultado es que la capacidad de frustrar el sistema ANPR sigue siendo asombrosamente simple", añadiendo que la dependencia del sistema para servicios clave como la policía y la gestión del tráfico aumentan día a día.

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