España se frota los ojos con un nuevo tesoro oculto de tierras raras y manda un aviso al resto del mundo
Se encuentra en Extremadura.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca hay dos palabras que se han puesto muy de moda: tierras raras. Ese es el nombre que reciben una serie de minerales que se han convertido en un gran activo económico.
El motivo de que las tierras raras estén continuamente en boca del presidente estadounidense es que se trata de materiales que son indispensables tanto para la industria tecnológica como para la relacionada con las energías renovables.
En concreto, las tierras raras son utilizadas, entre otras actividades, en la producción de dispositivos electrónicos, baterías, turbinas eólicas o coches eléctricos. Por lo tanto, se trata de un recurso natural estratégico por el que todo el planeta está ‘peleándose’.
Buena prueba de ello son los intentos de Donald Trump de anexionarse Groenlandia (un territorio que podría contar con una cuarta parte de las tierras raras a nivel mundial) y de firmar un acuerdo con Ucrania para explotar sus yacimientos de estos minerales.
España también ha enviado un aviso al resto del mundo en lo que se refiere a esta batalla de recursos naturales, ya que Extremadura dispone de un importante potencial en cuanto a tierras raras.
En la provincia de Cáceres, se están realizando investigaciones en áreas como Los Ibores y Campo Arañuelo, evaluando la viabilidad de extraer litio y tantalio. Además, en la localidad de Alía se ha identificado monacita rica en europio.
Por su parte, en la provincia de Badajoz, localidades como Burguillos del Cerro, Barcarrota y Almendralejo podrían albergar importantes reservas de litio, tantalio y niobio.