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Esta es la gran baza del ejército español para 2025 y el futuro: es también la principal amenaza

Esta es la gran baza del ejército español para 2025 y el futuro: es también la principal amenaza

Es la nueva era del combate moderno.

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Es la nueva era del combate moderno.

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Es la nueva era del combate moderno.

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Es la nueva era del combate moderno.

Esta es la gran baza del ejército español para 2025 y el futuro: es también la principal amenaza

Es la nueva era del combate moderno.

Tanque blindado y drones kamikaze FPVGetty Images

Para el Ejército de Tierra el uso masivo de drones es un pilar estratégico que se incorporó recientemente. Sin embargo, esta herramienta a la vez que ofrece grandes ventajas, también favorece la posibilidad de nuevas y peligrosas situaciones. 

La "dronificación" del campo de batalla ya no es una posibilidad futura, sino una realidad. El Ejército de Tierra español ha adoptado esta revolución tecnológica como una de sus grandes apuestas, tanto para ahora como para el futuro inmediato. De hecho, han planeado la integración masiva de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en todas sus unidades, desde pelotones hasta mandos superiores.

Según el Ministerio de Defensa, los drones se han convertido en herramientas estratégicas para misiones de vigilancia, reconocimiento, apoyo logístico y ataque, aportando agilidad y superioridad situacional. Pero este auge también ha traído consigo una amenaza igual de significativa como es la necesidad urgente de neutralizar drones enemigos, en especial los utilizados en enjambres o con cargas explosivas.

Contratos millonarios 

España ha comenzado esta transición con fuerza. En febrero de este año, el Ejército firmó un contrato de 18 millones de euros para la adquisición de cientos de drones X10D de la firma estadounidense Skydio. Dichos dispositivos están destinados a unidades tipo compañía o subgrupo táctico. 

Además, se encuentra en fase de adjudicación una compra de casi 300 UAS clase I Mini, de ala fija, valorada en 45,3 millones de euros. Estos sistemas no solo aumentarán la capacidad de maniobra y la recopilación de información, sino que también transformarán la forma en la que se toman decisiones en el campo de batalla.

La amenaza del cielo

El auge de los drones también ha obligado al Ejército español a reforzar las tecnologías antidrón. La proliferación de UAS en conflictos actuales, como el de Ucrania, ha evidenciado la facilidad con la que estos aparatos pueden infligir daños masivos a bajo coste. El riesgo de enjambres de drones explosivos sobre bases o unidades terrestres preocupa seriamente al alto mando.

Para hacer frente a esta amenaza, el Ministerio ha encargado 16 sistemas Aracne, desarrollados por una UTE formada por Indra y EM&E, por un importe de 36,5 millones de euros. Este sistema combina sensores, como radar, radiofrecuencia, ópticos y neutralizadores, como los inhibidores de señal y armamento.

España como líder en Europa

Además, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) ha reunido a las principales empresas españolas del sector en un taller celebrado en el Mando de Artillería Antiaérea en Madrid. Compañías como Adevex, Amper, ART, ATL Europa y universidades como la de Alcalá presentaron sus avances en detección inteligente, inhibidores portátiles y armas de energía dirigida como láser o microondas.

El objetivo es consolidar una industria nacional potente y ágil capaz de responder tanto a las necesidades del Ejército como a la evolución constante de la guerra tecnológica. El teniente general Raimundo Rodríguez, jefe del MALE, subrayó la urgencia de dotar al Ejército con tecnologías modernas y eficientes. "Es una oportunidad", afirmó, destacando la necesidad de convergencia entre defensa, ciencia e industria para afrontar los desafíos emergentes.

Para el Ejército de Tierra el uso masivo de drones es un pilar estratégico que se incorporó recientemente. Sin embargo, esta herramienta a la vez que ofrece grandes ventajas, también favorece la posibilidad de nuevas y peligrosas situaciones. 

La "dronificación" del campo de batalla ya no es una posibilidad futura, sino una realidad. El Ejército de Tierra español ha adoptado esta revolución tecnológica como una de sus grandes apuestas, tanto para ahora como para el futuro inmediato. De hecho, han planeado la integración masiva de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en todas sus unidades, desde pelotones hasta mandos superiores.

Según el Ministerio de Defensa, los drones se han convertido en herramientas estratégicas para misiones de vigilancia, reconocimiento, apoyo logístico y ataque, aportando agilidad y superioridad situacional. Pero este auge también ha traído consigo una amenaza igual de significativa como es la necesidad urgente de neutralizar drones enemigos, en especial los utilizados en enjambres o con cargas explosivas.

Contratos millonarios 

España ha comenzado esta transición con fuerza. En febrero de este año, el Ejército firmó un contrato de 18 millones de euros para la adquisición de cientos de drones X10D de la firma estadounidense Skydio. Dichos dispositivos están destinados a unidades tipo compañía o subgrupo táctico. 

Además, se encuentra en fase de adjudicación una compra de casi 300 UAS clase I Mini, de ala fija, valorada en 45,3 millones de euros. Estos sistemas no solo aumentarán la capacidad de maniobra y la recopilación de información, sino que también transformarán la forma en la que se toman decisiones en el campo de batalla.

La amenaza del cielo

El auge de los drones también ha obligado al Ejército español a reforzar las tecnologías antidrón. La proliferación de UAS en conflictos actuales, como el de Ucrania, ha evidenciado la facilidad con la que estos aparatos pueden infligir daños masivos a bajo coste. El riesgo de enjambres de drones explosivos sobre bases o unidades terrestres preocupa seriamente al alto mando.

Para hacer frente a esta amenaza, el Ministerio ha encargado 16 sistemas Aracne, desarrollados por una UTE formada por Indra y EM&E, por un importe de 36,5 millones de euros. Este sistema combina sensores, como radar, radiofrecuencia, ópticos y neutralizadores, como los inhibidores de señal y armamento.

España como líder en Europa

Además, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) ha reunido a las principales empresas españolas del sector en un taller celebrado en el Mando de Artillería Antiaérea en Madrid. Compañías como Adevex, Amper, ART, ATL Europa y universidades como la de Alcalá presentaron sus avances en detección inteligente, inhibidores portátiles y armas de energía dirigida como láser o microondas.

El objetivo es consolidar una industria nacional potente y ágil capaz de responder tanto a las necesidades del Ejército como a la evolución constante de la guerra tecnológica. El teniente general Raimundo Rodríguez, jefe del MALE, subrayó la urgencia de dotar al Ejército con tecnologías modernas y eficientes. "Es una oportunidad", afirmó, destacando la necesidad de convergencia entre defensa, ciencia e industria para afrontar los desafíos emergentes.

Para el Ejército de Tierra el uso masivo de drones es un pilar estratégico que se incorporó recientemente. Sin embargo, esta herramienta a la vez que ofrece grandes ventajas, también favorece la posibilidad de nuevas y peligrosas situaciones. 

La "dronificación" del campo de batalla ya no es una posibilidad futura, sino una realidad. El Ejército de Tierra español ha adoptado esta revolución tecnológica como una de sus grandes apuestas, tanto para ahora como para el futuro inmediato. De hecho, han planeado la integración masiva de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en todas sus unidades, desde pelotones hasta mandos superiores.

Según el Ministerio de Defensa, los drones se han convertido en herramientas estratégicas para misiones de vigilancia, reconocimiento, apoyo logístico y ataque, aportando agilidad y superioridad situacional. Pero este auge también ha traído consigo una amenaza igual de significativa como es la necesidad urgente de neutralizar drones enemigos, en especial los utilizados en enjambres o con cargas explosivas.

Contratos millonarios 

España ha comenzado esta transición con fuerza. En febrero de este año, el Ejército firmó un contrato de 18 millones de euros para la adquisición de cientos de drones X10D de la firma estadounidense Skydio. Dichos dispositivos están destinados a unidades tipo compañía o subgrupo táctico. 

Además, se encuentra en fase de adjudicación una compra de casi 300 UAS clase I Mini, de ala fija, valorada en 45,3 millones de euros. Estos sistemas no solo aumentarán la capacidad de maniobra y la recopilación de información, sino que también transformarán la forma en la que se toman decisiones en el campo de batalla.

La amenaza del cielo

El auge de los drones también ha obligado al Ejército español a reforzar las tecnologías antidrón. La proliferación de UAS en conflictos actuales, como el de Ucrania, ha evidenciado la facilidad con la que estos aparatos pueden infligir daños masivos a bajo coste. El riesgo de enjambres de drones explosivos sobre bases o unidades terrestres preocupa seriamente al alto mando.

Para hacer frente a esta amenaza, el Ministerio ha encargado 16 sistemas Aracne, desarrollados por una UTE formada por Indra y EM&E, por un importe de 36,5 millones de euros. Este sistema combina sensores, como radar, radiofrecuencia, ópticos y neutralizadores, como los inhibidores de señal y armamento.

España como líder en Europa

Además, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) ha reunido a las principales empresas españolas del sector en un taller celebrado en el Mando de Artillería Antiaérea en Madrid. Compañías como Adevex, Amper, ART, ATL Europa y universidades como la de Alcalá presentaron sus avances en detección inteligente, inhibidores portátiles y armas de energía dirigida como láser o microondas.

El objetivo es consolidar una industria nacional potente y ágil capaz de responder tanto a las necesidades del Ejército como a la evolución constante de la guerra tecnológica. El teniente general Raimundo Rodríguez, jefe del MALE, subrayó la urgencia de dotar al Ejército con tecnologías modernas y eficientes. "Es una oportunidad", afirmó, destacando la necesidad de convergencia entre defensa, ciencia e industria para afrontar los desafíos emergentes.

Para el Ejército de Tierra el uso masivo de drones es un pilar estratégico que se incorporó recientemente. Sin embargo, esta herramienta a la vez que ofrece grandes ventajas, también favorece la posibilidad de nuevas y peligrosas situaciones. 

La "dronificación" del campo de batalla ya no es una posibilidad futura, sino una realidad. El Ejército de Tierra español ha adoptado esta revolución tecnológica como una de sus grandes apuestas, tanto para ahora como para el futuro inmediato. De hecho, han planeado la integración masiva de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en todas sus unidades, desde pelotones hasta mandos superiores.

Según el Ministerio de Defensa, los drones se han convertido en herramientas estratégicas para misiones de vigilancia, reconocimiento, apoyo logístico y ataque, aportando agilidad y superioridad situacional. Pero este auge también ha traído consigo una amenaza igual de significativa como es la necesidad urgente de neutralizar drones enemigos, en especial los utilizados en enjambres o con cargas explosivas.

Contratos millonarios 

España ha comenzado esta transición con fuerza. En febrero de este año, el Ejército firmó un contrato de 18 millones de euros para la adquisición de cientos de drones X10D de la firma estadounidense Skydio. Dichos dispositivos están destinados a unidades tipo compañía o subgrupo táctico. 

Además, se encuentra en fase de adjudicación una compra de casi 300 UAS clase I Mini, de ala fija, valorada en 45,3 millones de euros. Estos sistemas no solo aumentarán la capacidad de maniobra y la recopilación de información, sino que también transformarán la forma en la que se toman decisiones en el campo de batalla.

La amenaza del cielo

El auge de los drones también ha obligado al Ejército español a reforzar las tecnologías antidrón. La proliferación de UAS en conflictos actuales, como el de Ucrania, ha evidenciado la facilidad con la que estos aparatos pueden infligir daños masivos a bajo coste. El riesgo de enjambres de drones explosivos sobre bases o unidades terrestres preocupa seriamente al alto mando.

Para hacer frente a esta amenaza, el Ministerio ha encargado 16 sistemas Aracne, desarrollados por una UTE formada por Indra y EM&E, por un importe de 36,5 millones de euros. Este sistema combina sensores, como radar, radiofrecuencia, ópticos y neutralizadores, como los inhibidores de señal y armamento.

España como líder en Europa

Además, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) ha reunido a las principales empresas españolas del sector en un taller celebrado en el Mando de Artillería Antiaérea en Madrid. Compañías como Adevex, Amper, ART, ATL Europa y universidades como la de Alcalá presentaron sus avances en detección inteligente, inhibidores portátiles y armas de energía dirigida como láser o microondas.

El objetivo es consolidar una industria nacional potente y ágil capaz de responder tanto a las necesidades del Ejército como a la evolución constante de la guerra tecnológica. El teniente general Raimundo Rodríguez, jefe del MALE, subrayó la urgencia de dotar al Ejército con tecnologías modernas y eficientes. "Es una oportunidad", afirmó, destacando la necesidad de convergencia entre defensa, ciencia e industria para afrontar los desafíos emergentes.

Para el Ejército de Tierra el uso masivo de drones es un pilar estratégico que se incorporó recientemente. Sin embargo, esta herramienta a la vez que ofrece grandes ventajas, también favorece la posibilidad de nuevas y peligrosas situaciones. 

La "dronificación" del campo de batalla ya no es una posibilidad futura, sino una realidad. El Ejército de Tierra español ha adoptado esta revolución tecnológica como una de sus grandes apuestas, tanto para ahora como para el futuro inmediato. De hecho, han planeado la integración masiva de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en todas sus unidades, desde pelotones hasta mandos superiores.

Según el Ministerio de Defensa, los drones se han convertido en herramientas estratégicas para misiones de vigilancia, reconocimiento, apoyo logístico y ataque, aportando agilidad y superioridad situacional. Pero este auge también ha traído consigo una amenaza igual de significativa como es la necesidad urgente de neutralizar drones enemigos, en especial los utilizados en enjambres o con cargas explosivas.

Contratos millonarios 

España ha comenzado esta transición con fuerza. En febrero de este año, el Ejército firmó un contrato de 18 millones de euros para la adquisición de cientos de drones X10D de la firma estadounidense Skydio. Dichos dispositivos están destinados a unidades tipo compañía o subgrupo táctico. 

Además, se encuentra en fase de adjudicación una compra de casi 300 UAS clase I Mini, de ala fija, valorada en 45,3 millones de euros. Estos sistemas no solo aumentarán la capacidad de maniobra y la recopilación de información, sino que también transformarán la forma en la que se toman decisiones en el campo de batalla.

La amenaza del cielo

El auge de los drones también ha obligado al Ejército español a reforzar las tecnologías antidrón. La proliferación de UAS en conflictos actuales, como el de Ucrania, ha evidenciado la facilidad con la que estos aparatos pueden infligir daños masivos a bajo coste. El riesgo de enjambres de drones explosivos sobre bases o unidades terrestres preocupa seriamente al alto mando.

Para hacer frente a esta amenaza, el Ministerio ha encargado 16 sistemas Aracne, desarrollados por una UTE formada por Indra y EM&E, por un importe de 36,5 millones de euros. Este sistema combina sensores, como radar, radiofrecuencia, ópticos y neutralizadores, como los inhibidores de señal y armamento.

España como líder en Europa

Además, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) ha reunido a las principales empresas españolas del sector en un taller celebrado en el Mando de Artillería Antiaérea en Madrid. Compañías como Adevex, Amper, ART, ATL Europa y universidades como la de Alcalá presentaron sus avances en detección inteligente, inhibidores portátiles y armas de energía dirigida como láser o microondas.

El objetivo es consolidar una industria nacional potente y ágil capaz de responder tanto a las necesidades del Ejército como a la evolución constante de la guerra tecnológica. El teniente general Raimundo Rodríguez, jefe del MALE, subrayó la urgencia de dotar al Ejército con tecnologías modernas y eficientes. "Es una oportunidad", afirmó, destacando la necesidad de convergencia entre defensa, ciencia e industria para afrontar los desafíos emergentes.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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