Ficha por su compañera de trabajo y el mazo de la justicia cae con contundencia: fraude, suplantación de identidad y a la calle
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña confirma el despido de una empleada que llegó a pasar de deber 25 horas a que le debieran 20.

Lo que empezó como una herramienta para frenar abusos y asegurar el cobro de todas las horas trabajadas, acabó convirtiéndose en la prueba definitiva contra una empleada que quiso ir de lista. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha avalado el despido de una trabajadora por falsear su jornada laboral. No lo hizo sola. Contó con la ayuda de una compañera que, durante meses, fichó por ella como si tal cosa. Para más inri, añadieron horas extraordinarias falsas al sistema digital de control horario.
La trabajadora, con contrato indefinido desde hacía años, ocupaba un puesto en una tienda. Todo fue bien hasta que en verano de 2022 la dirección implantó un sistema de registro horario digital. Lo que se ideó como un método para garantizar el cumplimiento de los turnos y acabar con las horas extra no pagadas, se convirtió en la vía que ambas usaron para colar una jornada inventada. No solo fingían que la trabajadora estaba presente cuando no lo estaba, sino que se adjudicaban tiempo de más. Horas que luego aparecían reflejadas como saldo a favor en la bolsa de horas de la empleada.
La empresa detectó el pastel gracias a las cámaras de vigilancia y a varios testigos. En la carta de despido dejó claro que no se trataba de un error puntual, sino de una conducta repetida: otra persona fichaba por la trabajadora, haciéndose pasar por ella. El registro de jornada indicaba que cumplía con su horario al milímetro, pero la realidad decía otra cosa. La pillaron con las manos en la masa.
La empleada llevó el caso ante el Juzgado de lo Social nº1 de Lleida. Alegó que no había motivo para el despido, que otras compañeras hacían lo mismo y que todo se debía a supuestos fallos en el sistema. Pero no coló. La jueza no solo desestimó la demanda, sino que dejó por escrito que el fraude había sido continuado. En solo seis meses, la trabajadora pasó de deber 25 horas a tener a su favor un saldo de 20. Un cambio de saldo que no se explica sin trampas.
No contenta con la decisión, la trabajadora recurrió ante el TSJC. El tribunal, compuesto por tres magistrados, también tumbó sus argumentos. Sostuvo que el despido era más que procedente. Subrayó que la suplantación de identidad para fichar, sumada a la connivencia entre compañeras, supone un incumplimiento grave de contrato. La trabajadora insistió en que los hechos no justificaban esa sanción tan dura. El tribunal no se movió un centímetro. Según Confilegal, el TSJC recordó en su sentencia que “el uso fraudulento del registro horario puede provocar el despido por deslealtad a la empresa”.