La frase muy común en terrazas españolas que indica que el alcohol ya es un problema
Parece una frase inofensiva, pero puede revelar la existencia de una grave dependencia.

El buen tiempo y el calor hacen que las terrazas se conviertan en uno de los principales atractivos y planes, especialmente por la noche. Sin embargo, junto con ellas, también suele incrementarse el consumo de bebidas alcohólicas, como la cerveza, el vino, los cócteles o los combinados.
Y aunque este tipo de salidas no tienen por qué ser perjudiciales, sí que suelen serlo en el supuesto de que se convierta en una rutina. Es decir, en aquellos casos donde ir a una terraza a consumir alcohol ocurre a diario, tal y como advierta la publicación italiana Iltalehti.
Y es que, según recoge Juha Lantz, gerente de rehabilitación en Rehab365 en una entrevista al mismo diario citado, pocas personas van a una terraza sin consumir alcohol. "El alcohol es el centro de todo. Si no hubiera alcohol en un bar o en una terraza, no habría gente así", explica.
En este sentido, el experto advierte de algunos compartimientos que suele observar en aquellos individuos cuya relación con el alcohol escapa de la normalidad— es decir, de algo excepcional— y se convierte más en un problema. Frases como "todavía hay tiempo para otra" o "ya mismo viene el coma" son algunos ejemplos.
Uno de los problemas de una persona alcohólica es la pérdida de la capacidad para sociabilizar cuando no se consume, tal y como recuerda el experto, que afirma que puede vincular inconscientemente la compañía del grupo con el que bebe con el consumo de alcohol. "Incluso una persona introvertida puede verse atrapada en esa situación con el tiempo", advierte el mismo medio.
Otro de los indicativos de que el alcohol se ha convertido en un problema es cuando se intenta buscar una forma de justificar su consumo. "El adicto empieza a justificar y razonar por qué puede tomarse una copa hoy u otra. La base de este razonamiento ya puede indicar que el problema ya existe", agrega. Razones como "porque hay que disfrutar de la vida" o ·"todo el mundo lo hace" son algunos ejemplos.
Una de las consecuencias que puede tener este tipo de comportamientos es que la vida común, es decir, aquella que escapa al alcohol (como la familia, el trabajo o los amigos que no consumen), puede resultar aburrida para los adictos, que comienzan a eclipsar aquellas cosas que realmente les hacen bien por aquellas que reafirman sus propios actos, deseos y vicios.
"Un alcohólico siempre toma decisiones basándose en el alcohol. O más, precisamente, el alcoholismo toma decisiones por él. Elige a un traidor en lugar de a su cónyuge, seres queridos, amigos y otras actividades", alerta el mismo diario italiano, que cree que a veces la vergüenza y la culpa de estas personas pueden también impedir el desarrollo de relaciones y vínculos sanos.
Además, el hecho de rodearse siempre de personas con el mismo problema tan solo lo agrava, pues el afectado comienza a normalizar algo que no debería y tampoco cree que esté haciendo nada malo, pues el resto también lo hace. "Entonces realmente no tienes que enfrentarte a tu propio problema o encontrar una razón por la cual deberías parar", afirma. "Las cosas no se llaman por su nombre y nadie tiene por qué sentirse culpable", agrega finalmente.
Cuando una persona sufre alcoholismo, la principal recomendación es que acuda a un especialista o profesional que pueda ayudar a buscar un tratamiento eficaz. Ir al médico, acudir a terapia individual o grupal o ir a grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos pueden ser algunas soluciones en este sentido. También se aconseja compartir con el entorno el problema para evitar así posibles recaídas.
