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La guardería da a la niña unos guantes, la madre se horroriza al quitárselos y la respuesta del director es inquietante

La guardería da a la niña unos guantes, la madre se horroriza al quitárselos y la respuesta del director es inquietante

"Sentí que se le estaba restando importancia al asunto".

Imagen de archivo de una clase de guardería.Getty Images

Una familia de Vantaa (Finlandia) vivió un momento de angustia la semana pasada. Un hombre fue a recoger a su hija de un año y medio de la guardería y notó de inmediato que algo no estaba bien: los guantes de la pequeña estaban atados tan fuerte que le habían dejado marcas visibles en las muñecas.

"Debajo de los guantes, las manos de mi hija estaban extremadamente rojas e hinchadas. Había una abolladura donde el cordón había estado apretado. Empezó a llorar cuando se los quitamos", relata la madre a Ilta-Sanomat, añadiendo que sospecha que el dolor comenzó al restablecerse la circulación sanguínea.

La situación se volvió más alarmante cuando, tras un periodo de enrojecimiento, las manos de la niña adquirieron un tono azulado. Aunque después de media hora recuperaron su color, los padres decidieron llevarla esa misma noche al hospital de urgencias de Jorvi

Los médicos determinaron que, si bien las manos se encontraban estables al momento del examen, la compresión había bloqueado temporalmente la circulación. También advirtieron que una compresión prolongada podría haber causado lesiones permanentes.

La niña, que aún no habla, no pudo expresar la incomodidad que sentía, lo que añade una capa de preocupación para los padres. Según el padre, recogió a la menor alrededor de las 16:00 horas, pero no sabe con certeza cuánto tiempo estuvo usando los guantes apretados, aunque los niños suelen salir al exterior alrededor de las 15:00 horas.

La respuesta de la guardería les dejó sin palabras

Al día siguiente, la madre se contactó con la guardería, pero respuesta que recibió del director la dejó más preocupada y enfadada. "Gracias por el mensaje, recordaremos al personal que verifique que los guantes no estén demasiado apretados", decía el escueto correo. "Sentí que se le estaba restando importancia al asunto", declaró la madre, visiblemente molesta por la frialdad de la respuesta.

Posteriormente, se dirigió a una autoridad superior en el área de educación infantil. Solo entonces la guardería se disculpó y se comprometió a revisar lo ocurrido más a fondo. También se concertó una reunión entre la familia y la dirección del centro.

Desde el Departamento de Educación Infantil de Vantaa, su director, Mikko Mäkelä, se abstuvo de comentar casos individuales por razones de confidencialidad, aunque aseguró que los errores se revisan internamente y que todo el personal recibe capacitación continua.