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La isla más inaccesible del planeta: 250 habitantes aislados por mar y tierra a 7 días de viaje desde tierra firme

La isla más inaccesible del planeta: 250 habitantes aislados por mar y tierra a 7 días de viaje desde tierra firme

Las tierras y el ganado son administrados de forma comunal desde hace 200 años.

Tristán de AcuñaGetty Images

En el corazón del Atlántico Sur se encuentra Tristán de Acuña, considerada la isla habitada más aislada del planeta. Con apenas 250 habitantes, su lejanía geográfica y su singular historia han convertido a este territorio en un lugar único, tanto por su organización social como por su conexión con figuras históricas como Napoleón Bonaparte.

Llegar a Tristán de Acuña no es tarea fácil. La isla carece de puertos y aeropuertos, por lo que el único acceso es por mar. Un barco que parte desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, realiza el trayecto una vez al mes, en un viaje que dura alrededor de siete días. Su capital, Edimburgo de los Siete Mares, alberga a una comunidad pequeña y unida, cuyo gentilicio, “heptathalassoedimburgueses”, refleja su carácter singular.

La historia de esta isla está ligada a la figura de Napoleón. Tras la derrota del emperador francés en Waterloo, en 1815, los británicos decidieron establecer una guarnición en Tristán de Acuña para evitar que pudiera ser utilizada como base por los franceses en un intento de rescatar a Napoleón, quien estaba exiliado en la cercana isla de Santa Elena. Aunque la guarnición fue disuelta al poco tiempo, algunos soldados decidieron quedarse, dando inicio a una población que perdura hasta hoy.

El colono William Glass, quien llegó en 1816, sentó las bases de una comunidad marcada por la igualdad. Desde entonces, las tierras y el ganado son administrados de forma comunal, y se prohíbe que una familia acumule más riqueza que otra. Este modelo, basado en principios igualitarios, ha sido clave para la convivencia pacífica de sus habitantes en un entorno tan aislado.

Tristán de Acuña sigue siendo un símbolo de resiliencia, aislamiento y una forma de vida única, en la que las tradiciones comunitarias y la historia se entrelazan en una pequeña isla perdida en medio del océano.