Una momia femenina, que se encuentra en el Museo de Antropología y Etnografía (MAET) de la Universidad de Turín (Italia) desde algo antes de la década de 1930, ha desvelado un importante hallazgo hasta ahora desconocido.

Lo único que se sabe es que procede de América del Sur y que fue entregada por un señor llamado Emanuele Franco, aunque su fecha, origen y llegada a Europa son un completo enigma. 

Sin embargo, recientemente, un equipo de investigación ha revelado gracias a la tecnología que la momia tiene varios tatuajes. Pese a ello, el resto de datos son desconocidos y parece muy complicado conseguir la información clave respecto a qué cultura pertenecía, de qué época se trata o de donde procede, aunque se cree que podría provenir de la cordillera de los Andes, donde habría vivido hace más de 800 años.

De acuerdo con los datos que dio a la luz el cuerpo tras realizarle la prueba de carbono-14, destaca que el período en el que murió sería entre 1215 y 1382 d.C. Pero como hemos mencionado, lo más llamativo para los especialistas han sido los tatuajes que han aparecido en su mejilla y brazo.

En la extremidad, el tatuaje se corresponde con un 'S', que solo ha podido verse gracias a la utilización de luz infrarroja. Así, utilizaron el método de procesamiento de imágenes denominado fotoanálisis multiespectral. 

Por otro lado, el tatuaje ubicado en su mejilla derecha son tres líneas rectas desde su boca hasta la oreja, aunque también se percataron de que la mujer se había tatuado la mejilla izquierda, aunque solo se pudo ver con luz infrarroja.

Y estos detalles han llamado la atención de los expertos ya que no son nada habituales en ese lugar y en aquella época. De hecho, nunca se había visto una tatuaje de esas características en el brazo, aunque por el momento se desconoce a qué se pueden deber.