Aunque los tomates son una de las frutas favoritas de los consumidores, a partir de los 50, el cuerpo comienza, poco a poco, a rechazarlo. Los médicos señalan que estas frutas pueden causar reacciones inflamatorias, cambios en la digestión o incluso irritación en la piel. 

Según publica el medio lituano Escuela Saludable, los tomates pertenecen, junto a las patatas, las berenjenas, los pimientos picantes y los dulces, a la familia de las solanáceas. "Estas plantas producen naturalmente compuestos llamados glicoalcaloides, incluyendo solanina y alfa-tomatina". "En los organismos humanos más sensibles pueden provocar reacciones adversas". 

"Con la edad, el sistema inmunológico y el metabolismo cambian", asegura la publicación. En este sentido, "el nivel de ácido estomacal disminuye, la actividad enzimática se ralentiza y la permeabilidad intestinal aumenta. Tales condiciones forman un medio en el que algunos nutrientes pueden causar irritación".

La solanina, uno de los compuestos naturales de los tomates, "pueden actuar sobre las enzimas involucradas en la trasmisión nerviosa". A medida que envejecemos, "es posible que el cuerpo ya no pueda neutralizar eficazmente este compuesto", que puede incluso afectar al metabolismo del calcio.

De acuerdo a la información difundida, a partir de los 50, se producen cambios hormonales significativos tanto en el cuerpo de hombres como en el de mujeres. La disminución de estrógenos, progesterona o testosterona altera la respuesta del organismo a diversos factores externos, incluidos los alimentos.

En la publicación se citan algunos de los síntomas que manifiestan una sensibilidad a los tomates, y que se presentan 24 y 48 horas después del consumo.

Entre los sustitutivos que se proponen, se encuentran "los pimientos rojos, las zanahorias, la calabaza, la fresa, la piña o los champiñones".