Ni Madrid ni Barcelona: esta es la ciudad con el billete de autobús más caro de España

En el panorama del transporte urbano, las tarifas de los billetes de autobús dependen mucho de la ciudad donde se expidan. Aunque puedas creer que en España se establece de forma generalizada un precio parecido en todas las urbes, lo cierto es que la diferencia monetaria entre el billete de bus más caro y el más barato es abismal. Algo que refleja las diversas estrategias de inversión, la calidad del servicio y las prioridades en cada administración local.

Según un estudio comparativo de las tarifas de autobús realizado por FACUA-Consumidores de Acción, los datos del año 2020 muestran una diferencia del 275% entre el billete de bus más caro y el más barato. Este resultado pone de relieve la desigualdad existente en el sector del transporte público, ya que mientras algunas ciudades optan por mantener precios bajos para facilitar el acceso, otras aplican tarifas más elevadas en aras de mejorar sus sistemas.

El análisis también releva que San Sebastián se posiciona como la ciudad española con el billete de autobús más caro, alcanzando un precio de 1,26 euros. La capital vasca encabeza un ranking ajustado en el que la diferencia entre los tres primeros es mínima. En segundo lugar se encuentra Barcelona, con una tarifa de 1,14 euros; seguida por Cáceres y Girona, con un precio de 1,10 euros.

¿Y el más barato?

A su vez el estudio muestra diferencias notables con respecto a otros municipios donde el coste es considerablemente inferior. Los viajes más baratos se encuentran en Palencia, a un precio de 0,50 euros el billete; seguido de Logroño, a 0,53 euros, y Ávila, por 0,55 euros. De forma que la diferencia entre la ciudad más cara (San Sebastián) y la más barata (Palencia) es casi el triple de la tarifa inferior.

Ante una desigualdad más que evidente, muchos defienden la correlación entre la calidad del servicio y su precio, argumentando que la inversión en un sistema de transporte moderno y eficiente es fundamental. Esto explica que en ciudades como Madrid las tarifas sean más caras, ya que al ser la capital tiene que abastecer a un mayor número de personas y cuenta con un mayor número de servicios y recorridos.

Por otro lado, existe el debate sobre la necesidad de equilibrar la accesibilidad económica con la mejora continua del servicio, sobre todo en tiempos en los que el coste de vida sigue siendo una preocupación cotidiana. En definitiva, cada ciudad es un mundo, pero lograr un transporte público de calidad que resulte accesible para todos es un reto que exige a las autoridades encontrar el punto medio entre inversión y sostenibilidad.