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No sólo en la Tierra: la NASA aclara que los volcanes también son espaciales

No sólo en la Tierra: la NASA aclara que los volcanes también son espaciales

La NASA ha subrayado que los volcanes son estructuras que se forman en múltiples entornos planetarios, siempre que existan condiciones geológicas adecuadas.

FLORIDA, USA - MARCH 18: NASA astronaut Butch Wilmore(l), Roscosmos cosmonaut Aleksandr Gorbunov (2nd L), and NASA astronauts Nick Hague (2nd R) and Suni Williams (R) (Photo by NASA / Keegan Barber / Handout)Anadolu via Getty Images

Durante décadas, la imagen del volcán ha estado firmemente asociada a la geografía terrestre: montañas humeantes, ríos de lava incandescente y explosiones que estremecen el suelo. Sin embargo, la ciencia espacial ha ampliado radicalmente esta visión. La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) ha reiterado recientemente que los volcanes no son un fenómeno exclusivamente terrestre, sino que también forman parte del paisaje geológico de otros planetas y lunas del sistema solar.

Esta aclaración, que puede parecer sorprendente para el público general, no es nueva para la comunidad científica. Desde hace décadas, las misiones espaciales han documentado actividad volcánica en cuerpos celestes como Marte, Venus, la Luna y varias lunas de Júpiter y Saturno. Lo que la NASA busca ahora es reforzar la comprensión pública de que los volcanes son una característica geológica universal, no limitada a nuestro planeta.

La NASA ha subrayado que los volcanes son estructuras que se forman en múltiples entornos planetarios, siempre que existan condiciones geológicas adecuadas. En la Tierra, los volcanes se originan por el movimiento de las placas tectónicas y la acumulación de magma bajo la corteza. Pero en otros mundos, los mecanismos pueden ser distintos, aunque el resultado —una erupción de material desde el interior hacia la superficie— es esencialmente el mismo.

Uno de los ejemplos más emblemáticos es el Monte Olimpo en Marte, el volcán más grande del sistema solar. Con una altura de más de 21 kilómetros, supera ampliamente al Monte Everest. Su tamaño colosal se debe a la ausencia de placas tectónicas activas en Marte, lo que permitió que el magma se acumulara durante millones de años en un solo punto. Este tipo de volcanismo, aunque diferente al terrestre, confirma que la actividad volcánica es un fenómeno espacial.

La NASA también ha destacado la existencia de criovolcanes, una forma de volcanismo que no expulsa roca fundida, sino agua, amoníaco o metano en estado líquido o gaseoso. Estos criovolcanes se encuentran en lunas heladas como Encélado (Saturno) y Tritón (Neptuno). En lugar de lava, lanzan chorros de vapor y partículas de hielo al espacio, lo que ha sido observado directamente por sondas como Cassini.

Estos fenómenos no solo son fascinantes desde el punto de vista geológico, sino que también tienen implicaciones astrobiológicas. La presencia de agua líquida bajo la superficie de estas lunas sugiere que podrían existir condiciones habitables en sus océanos subterráneos, protegidos por capas de hielo y calentados por la energía interna del cuerpo celeste.

Venus, el planeta más parecido a la Tierra en tamaño y composición, también alberga miles de estructuras volcánicas. Aunque durante mucho tiempo se pensó que su actividad volcánica era cosa del pasado, estudios recientes basados en datos de la misión Magallanes y análisis de radar han revelado posibles signos de erupciones recientes. La NASA ha enfatizado que estos hallazgos refuerzan la idea de que Venus podría seguir siendo geológicamente activo.

Aunque hoy parece un mundo inerte, la Luna también tuvo un pasado volcánico. Las grandes manchas oscuras que vemos desde la Tierra, conocidas como "mares lunares", son en realidad vastas llanuras de basalto formadas por antiguas erupciones. La NASA ha estudiado estas regiones con detalle, y las misiones Apolo trajeron muestras que confirmaron su origen volcánico. Aunque no hay actividad volcánica actual en la Luna, su historia geológica demuestra que los volcanes han sido parte de su evolución.

La NASA también ha planteado la posibilidad de que existan volcanes en planetas fuera del sistema solar. Aunque aún no se han observado directamente, los modelos teóricos y las observaciones indirectas sugieren que muchos exoplanetas podrían tener actividad volcánica. Esto abre nuevas vías para la exploración científica, ya que el volcanismo puede influir en la atmósfera, el clima y la habitabilidad de un planeta.

La agencia espacial ha querido dejar claro que el término "volcán" no debe limitarse a la Tierra. En palabras de varios científicos de la NASA, “los volcanes son una manifestación de la energía interna de los cuerpos celestes, y esa energía no es exclusiva de nuestro planeta”. Esta afirmación busca corregir una percepción común pero errónea, y al mismo tiempo, despertar el interés del público por la geología planetaria.