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Qué esperar de la Iglesia y el nuevo papa: los cimientos de Francisco arrojan un leve rayo de esperanza

Qué esperar de la Iglesia y el nuevo papa: los cimientos de Francisco arrojan un leve rayo de esperanza 

Tras la muerte del papa Francisco, las bases de un nuevo rumbo están marcadas en el interior de la Santa Sede. Pese a los avances de un legado que quedará para la historia, muchos son retos que todavía quedan pendientes frente a un temor de retroceso.

Los retos de la Iglesia asoman tras las bases asentadas por el papa Francisco.Simone Risoluti

Un nuevo temor acecha a las puertas de la Santa Sede. Tras el fallecimiento del papa Francisco la pasada mañana del lunes, el rumbo de la iglesia católica se enfrenta a un devenir incierto. Pese a las bases asentadas por el anterior pontífice, existe la posibilidad de un camino de retroceso que vuelva a sumir en la oscuridad a la institución religiosa. Sin embargo, dentro del Vaticano y desde organismos externos se confía en que los cimientos construidos dentro de la basílica de San Pedro conjuguen un mapa para el futuro sucesor. Que los derechos humanos, la dignidad de las personas y la modernización de la Iglesia para el siglo XXI sirvan como brújula.

El padre Gonzalo es sacerdote en una modesta iglesia situada en la UVA de Vallecas, en Madrid. Toda una vida dedicada a ayudar a los demás con el catolicismo en una barriada, cuando centenares de personas llegaban a la capital en busca de trabajo durante el franquismo. Sus aportaciones a un barrio que se vio resentido por la precariedad y la pobreza van desde acoger a niños desescolarizados o emprender actividades educativas para intentar no dejar a nadie atrás. La llegada de la noticia fue acogida entre pena y agradecimiento. "Hay que entender que dios no nos da aquello que pedimos, sino aquello que necesitamos", resalta antes de analizar el legado del pontífice. 

El mandato del papa Francisco ha resquebrajado moldes hasta entonces inquebrantables. Mientras que sus predecesores se centraron en la defensa rígida de los valores tradicionales cristianos -como la familia o la sexualidad-, Francisco abrió los horizontes poniendo encima de la mesa los derechos de las personas migrantes, el medio ambiente y su "aceptación" de las personas homosexuales. "La bondad natural e indiscutible del Papa Francisco ha sido evidente", recalca el padre Gonzalo. Sin embargo y pese a ser algo nunca visto en una des las instituciones más antiguas del mundo, el progresismo del que se presume en redes sociales, tertulias y conversaciones populares quedan todavía lejos de ser tal.

La bondad natural e indiscutible del Papa Francisco ha sido evidente
Padre Gonzalo, sacerdote

Sus posiciones acerca de los migrantes siempre fueron unas de las más sólidas e implacables, denunciando todo aquello que sucedía en el Mediterráneo y reclamando que este es "una cuna de la civilización, y una cuna es para la vida". "El dolor, el sufrimiento, tiene un valor espiritual que nos debe mover. Francisco lo entendió como pocos", resalta el padre Gonzalo mirando con perspectiva los pasos dados por el pontífice por ayudar a aquellos que más difícil lo tienen. "El papa Francisco ha clamado por la dignidad de los migrantes, de los pobres, de los olvidados. Y lo ha hecho porque, como otros, vivió lo que es el sufrimiento desde su lugar de nacimiento y para ello está la Iglesia, que debe posicionarse siempre a favor de los que menos tienen. Da igual su origen, su color de piel, su raza, si son niños, hombres, mujeres, homosexuales... Siempre debe estar a su lado", señala haciendo hincapié en los pasos que debe seguir manteniendo la institución católica de ahora en adelante. De hecho, el primer viaje del pontífice en verano de 2013 fue a Lampedusa, la isla italiana en la que entonces las imágenes de naufragios y migrantes cruzando el mar tratando de luchar por el futuro de sus familias eran habituales.

Sin embargo, la "aceptación" de la homosexualidad siempre ha sido una asignatura pendiente y, aunque se avanzara, la postura de Francisco fue a regañadientes. En la primera declaración en rueda de prensa, el fallecido pontífice aseguró que "quién era para juzgar" la unión entre dos personas del mismo sexo. Pese a que sea indiscutible que se ha aproximado más al colectivo LGBT que algunos de sus predecesores, frases como que "los niños homosexuales podrían acudir a psiquiatría" o "ya existe un aire de mariconería en los seminarios" acompañan su legado. "Siempre se puede mejorar y tenemos la obligación de hacerlo. La idea de la Iglesia es acoger a cualquiera, sin distinciones, sin represalias", apunta el padre Gonzalo reconociendo que siempre hay pasos en los que avanzar "aunque no a todos le guste". Pese a ello, el papa Francisco también tuvo otros gestos a resaltar como el del extremeño, Diego Neria Lejárraga, que en 2015 se convirtió en el primer transexual de la historia en ser recibido por un papa. Aseguró con aquella visita que el papa Francisco le salvó la vida "espiritualmente" y disipó "todo el dolor" que le había causado la institución durante su vida.

El papel de la mujer es otro de los elementos en los que, quizá, en el futuro mandato católico pueda llegar más lejos. "La Iglesia es mujer" ha sido el argumento más repetido a lo largo de los más de 12 años que estuvo Francisco en el Vaticano ante todos los dilemas que se le planteaban acerca de la figura de la mujer en la institución. Con ello, también realizó gestos sin precedentes que pueden señalar el camino correcto hacia una iglesia más abierta y con valores más adecuados para los tiempos que corren. Por ejemplo, Raffaella Petrini ocupó el pasado mes de marzo la Gobernación del Estado Ciudad del Vaticano, el cargo con mayor autoridad civil del país católico. "Las mujeres, en definitiva, entran al Vaticano con roles de alta responsabilidad: continuaremos por este camino. Las cosas funcionan mejor que antes", aseguraba entonces Francisco.

El padre Gonzalo concuerda con el fallecido papa que este ha sido un legado en el que se ha valorado la posición de la mujer. "La Iglesia va descubriendo la riqueza femenina que ha existido siempre", apunta. Sin embargo, también reconoce que "el machismo es una lacra que tendremos que quitar cada vez, y no dejaremos de quitar porque por desgracia persiste en nuestra sociedad y también dentro de la institución".

El aborto y la eutanasia fueron algunos de sus principales desvíos en este camino hacia el avance. "¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema?", se preguntaba en 2019 en la entrevista de Jordi Évole en Salvados. Este es uno de los dilemas más grandes en la Iglesia que comparte posición con la eutanasia ya que "no es función del ser humano elegir cuándo se debe terminar con la vida". En ese sentido, parece que las distancias hacia consensos más propios del siglo XXI todavía quedan lejos aunque, como resalta el padre Gonzalo: "Hay que entender que la Iglesia es una institución con siglos de historia y que los avances se hacen poco a poco".

El terror que ha acompañado a la institución católica ha sido uno de los puntos más relevantes en la agenda del fallecido papa: los abusos a menores. En septiembre del año pasado, se posicionaba de forma contundente contra ellos, poniendo encima de la mesa que "es en la Iglesia donde se han producido esos crímenes y la Iglesia debe sentir vergüenza y pedir perdón, y buscar cómo resolver esta situación con humildad cristiana, además de hacer todo lo posible para que esto no vuelva a suceder". Francisco aseguraba entonces que "esta plaga" se estaba afrontando "con decisión y firmeza, escuchando y acompañando a las personas heridas e implementando un amplio programa de prevención en todo el mundo" y solicitó a todos los miembros de la institución que no ocultaran estos lamentables hechos que manchan la historia de la religión.

En 2023 y tras varios escándalos de abusos, el papa Francisco abrió el caso contra Marko Rupnik, influyente sacerdote, artista esloveno y jesuita, fue acusado por monjas de agresiones sexuales y psicológicas cometidas a principios de los años 1990. El pontífice ha fallecido antes de que se conozca la condena en una de sus más arduas luchas dentro de la iglesia. "En todos los lugares hay malas personas, gente que mancha la buena intención de otros -no sólo en la Iglesia, en asociaciones, empresas, colegios...- y es una pena que todo esto forme parte de la leyenda negra de la Iglesia, pero ante ello sólo queda actuar y hacerlo con contundencia", señala el padre Gonzalo.

Fallecido el papa Francisco, comienza un largo proceso en el que un nuevo elegido será el que ocupe su cargo. "Esperemos que el cónclave no haga caso a otros intereses y se guíe por lo que dicta el Evangelio. Si esto es así, el camino de la Iglesia seguirá siendo hacia adelante y fiel al a un dios que que acompaña a todos", concluye el padre Gonzalo en las horas más decisivas para el rumbo del catolicismo después de 12 años en los que el papa Francisco asentó las primeras piedras de un camino que hay que seguir.