Raymond, 95 años, es el conductor de autobús más anciano del mundo y no quiere jubilarse: "Me canso más sentado en casa"
Asegura que estar con gente, el movimiento y el tránsito es su combustibles

Raymond Hager, un texano de 95 años, se ha convertido en el conductor de autobús en activo más longevo del planeta. Y, lejos de pensar en jubilarse, asegura que seguir trabajando es lo que le mantiene vivo. “Estar en casa sin hacer nada me agota más”, confesó durante un homenaje en Wichita Falls, su localidad natal.
El veterano chófer recibió un reconocimiento oficial por su trayectoria, celebrada por autoridades y vecinos. Ante ellos, Hager explicó que lleva décadas disfrutando de la carretera y que espera continuar “mientras el jefe y el médico digan que sí”.
Su caso emerge en un momento en que muchos estadounidenses prolongan su vida laboral por necesidad económica. Pero la historia de Hager ha despertado un interés especial por su tono inspirador: trabaja por pura pasión, no por obligación.
El alcalde de Wichita Falls, Tim Short, lo definió como un símbolo de constancia: “Demuestra que la edad no marca límites, solo acumula experiencia”.
Hager comenzó a conducir autobuses en 1998, después de una vida entre cultivos y avionetas de fumigación. Su amor por los vehículos se remonta a los 14 años, cuando ya llevaba algodón en un camión familiar. Asegura que el movimiento constante y la conversación con los pasajeros siguen siendo su combustible diario.
A pesar de su edad, pasa revisiones médicas mensuales para garantizar que sigue apto. “El médico dice que estoy bien. No veo razón para parar”, afirma con naturalidad.
Gracias a las gestiones de la administración local, Guinness World Records lo certificó el 1 de junio como el conductor de autobús activo más mayor del mundo. Y el día que cumplió 95 años, Wichita Falls celebró el “Día de Raymond Hager”, un honor que él aún asimila con incredulidad: “A veces siento que es un sueño del que todavía no despierto”.
