Sube de cargo y baja de sueldo: "A los 43 años, y con un trabajo directivo, gano menos que a los 18"
Este hombre es uno de los ejemplo de la complicada situación laboral que vivien los trabajadores actuales.
La situación laboral ha cambiado drásticamente en las últimas décadas, y muchos trabajadores, especialmente de la generación millennial y la generación Z, se enfrentan a una dura realidad económica que no se corresponde con las promesas de estabilidad que recibieron de sus padres y profesores. El testimonio del italiano Marco Rossi, quien empezó a trabajar en la "vieja Fiat" a los 18 años, es un claro ejemplo de esto.
"Hace 25 o 30 años, la mayoría de los trabajadores de Fiat querían que sus hijos vinieran a trabajar aquí, pero si hoy le preguntas a personas de 50 años o más y que tienen hijos en edad laboral si quieren que vengan, la respuesta es muy diferente", explica a Modena Volta Pagina Rossi, quien, a pesar de haber ascendido a un puesto de directivo intermedio, señala que "a mis 43 años, mi salario me permite gastar menos que cuando comencé mi vida laboral".
El caso de Rossi es evidencia una tendencia más amplia en la economía de Italia: el poder adquisitivo de los trabajadores ha disminuido notablemente en los últimos años. Según datos del sindicato FIOM-CGIL, el aumento salarial firmado en el último contrato (2021-2024) fue del 9% en cuatro años, mientras que la inflación en el país durante el mismo período alcanzó un 17,5%.
Como resultado, muchos trabajadores del sector, como Rossi, se encuentran con salarios que no alcanzan para cubrir los mismos gastos que antes.
La nueva realidad de los trabajadores jóvenes
La situación no es diferente para Luca y Sofía, dos jóvenes ingenieros que, a pesar de tener un empleo esable en una empresa energética italiana, sufren dificultades económicas. Sofía señala que, aunque son condiciones salariales no son malas, la diferencia de salario entre los empleados más jóvenes y los más antiguos sigue siendo una barrera casi insuperable.
"Esa diferencia no disminuirá con la experiencia, nunca podremos aspirar a esos salarios y es bastante frustrante no ver tu lealtad y tu experiencia recompensada, aunque sea un poquito", lamenta.
Por su parte, Luca, que compró un pequeño apartamento en Milán hace tres años, relta cómo la creciente dificultad para acceder a la vivienda afecta a la economía de los jóvenes. "El problema es que si alguien con un sueldo de ingeniero apenas puede permitirse comprar un pequeño apartamento en un barrio normal, ¿qué pasa con los demás?", se pregunta.
