Un biólogo español redescubre una criatura perdida desde hace más de un siglo: "Ni siquiera sabíamos de qué color era"
El hallazgo de Pablo Sinovas permite observar por primera vez su comportamiento y evaluar su microhábitat.

Tras más de 100 años pasando desapercibido, un extraño lagarto ha sido redescubierto de forma casual por Pablo Sinovas, un biólogo español de fama mundial y con más de 20 años de experiencia. "Me lo encontré haciendo una ruta por la selva durante unas vacaciones, en uno de los parques nacionales más importantes de Indonesia", cuenta el experto a El HuffPost.
"Lo que que me llevó a fotografiar el lagarto, así como grabar un vídeo corto, fue el querer enseñárselo a mis hijos, a los que les encantan los animales, y sobre todo los reptiles", añade. Lo que no sabía es que esa fotografía se convertiría en un hito.
El hallazgo ha sorprendido a la comunidad científica, ya que permite conocer a este ejemplar del que apenas se tenía información. "El redescubrimiento y la documentación fotográfica del eslizón Sphenomorphus anomalopus en el Parque Nacional Gunung Leuser en Sumatra del Norte, Indonesia, tras un paréntesis de 109 años, nos permitió, por primera vez, observar su comportamiento y evaluar su microhábitat", precisan en su artículo publicado este jueves en Zootaxa Sinovas y el experto de reptiles Lee Grismer.
"La especie no se había visto en más de un siglo y no se sabía prácticamente nada sobre ella. Ni tan siquiera su coloración (ya que los únicos especímenes que se habían visto estaban en frascos de formol del siglo XIX, en museos, y totalmente descoloridos). Resulta que tiene una coloración muy viva", añade Sinovas quien señala, que, de hecho, Grismer "llevaba décadas buscándolo, sin éxito, en base a esos misteriosos especímenes de museo".
Tampoco se contaba con información sobre su comportamiento. Los especímenes conservados en los museos mostraban que el lagarto tiene un dedo extremadamente largo en las patas traseras, lo que hacía pensar que sería una especie arbórea. Sin embargo, Sinovas lo encontró en el suelo y no encontró intento alguno de subirse a las ramas, "lo que contradice la hipótesis anterior".
Coloración compleja
El descubrimiento realizado por el biólogo español ofrece también importantes datos sobre la coloración de esta especie, cuyo patrón es complejo y llamativo. La parte superior de la cabeza muestra un tono "marrón rojizo apagado que se transforma sutilmente en gris oscuro" a lo largo del dorso, la región sacra y la cola.
Los laterales de la cabeza, desde la zona auricular hasta el área nasal, conservan el mismo color marrón rojizo, pero contrastan con el tono más oscuro del dorso y el rostro, separados por "una franja cantal oscura" bien definida.
Las escamas palbebrales, tanto superiores como inferiores, son blancas, lo que ayuda a resaltar visualmente el ojo. Hacia la parte posterior, el color marrón rojizo de los lados de la cabeza pasa gradualmente al gris oscuro de los flancos.
Estos flancos están decorados con "una serie de pequeñas marcas blancas ventrolaterales, de forma irregular y cortas", que se extienden desde el cuello hasta la cola. Por encima de estas, se distinguen "pequeñas marcas blancas dorsolaterales, de forma irregular y orientadas transversalmente", que continúan a lo largo de los dos tercios anteriores de la cola como "bandas discontinuas, de color blanco opaco y regularmente espaciadas", antes de dar paso a una coloración gris oscura uniforme.

La región gular es de color beige y presenta una transición marcada a "amarillo limón en la parte posterior de la garganta", tonalidad que se extiende hacia el pecho, el vientre y los costados del cuerpo. En la región cloacal, el amarillo cambia brevemente a naranja, color que se prolonga hasta la parte subcaudal de la cola. Esta franja naranja "contacta abruptamente con la coloración dorsal gris oscura de la cola".
Las extremidades presentan un fondo grisáceo con matices rojizos y manchas pálidas semitransversales que dan un efecto "bandeado". Las superficies ventrales de las extremidades anteriores son "del amarillo limón al amarillo anaranjado", mientras que las traseras muestran una tonalidad naranja que conecta con la región cloacal.
"Esta coloración, muy fragmentada, puede proporcionar camuflaje entre la hojarasca del suelo forestal al alterar el contorno del cuerpo, mientras que el pecho y los flancos laterales, de color amarillo limón, pueden servir como señal visual en interacciones con la misma especie", aclaran los expertos.
Un lagarto muy esquivo
Tras el hallazgo, Sinovas y Grismer hablaron con habitantes y guías locales para recopilar información complementaria sobre la presencia de la especie en la zona. De los dos guías especializados en fauna que entrevistados, uno admitió no conocer al animal, mientras que el otro lo describió como un "lagarto mariposa". Entre cinco residentes a quienes se les mostraron fotografías del eslizón, tres afirmaron que no lo habían visto nunca.
Solo un guía que frecuenta los senderos cercanos aseguró haber observado al reptil "muchas veces" en jornadas soleadas, particularmente en un camino ubicado al otro lado del río. Por su parte, un jardinero local que vive frente al punto de observación señaló un área concreta en su patio trasero donde afirma haberlo visto. No obstante, ha quedado evidenciada la dificultad para observar a este reptil.
Si bien los expertos reconocen que estas observaciones "son subjetivas y proporcionan un contexto adicional, en lugar de evidencia rigurosa de la distribución o el uso del hábitat de la especie", afirman que "podrían ofrecer información sobre posibles áreas para futuros estudios específicos".
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