Un joven argentino viaja a un pueblo de Ávila con una misión familiar de hace 118 años: "Por ese error, nadie en mi familia pudo nacionalizarse"
Un capítulo burocrático que ha truncado el sueño de hasta tres generaciones.
Un vídeo en TikTok ha convertido en viral una búsqueda íntima de raíces: el creador de contenido argentino Nicolás Rodríguez viajó hasta un pequeño pueblo de Ávila con la intención de esclarecer y corregir un error en el acta de nacimiento de su bisabuela. Un fallo que, según cuenta, ha impedido durante tres generaciones optar a la nacionalidad española. El testimonio ha reavivado en redes la frustración de muchas familias con trámites de filiación y nacionalidad.
“Me vine al pueblo en España donde nació mi bisabuela hace 118 años”, comienza narrando el joven al inicio del vídeo. Su bisabuela Victoria nació en 1906 en Candeleda, una localidad enclavada en plena sierra de Gredos donde actualmente residen algo más de 5.000 habitantes. La mujer fue inscrita con un mes de nacimiento incorrecto: en el acta original figuraba agosto, pero la anotación fue tachada y sustituida por julio.
Esa corrección manuscrita, aparentemente inofensiva, habría sido el motivo por el que el abuelo, el padre y ahora él no han podido completar los trámites exigidos para obtener la nacionalidad española por vía de descendencia. Decidido a poner fin a ese capítulo burocrático que tantas generaciones había truncado, el joven viajó personalmente a Candeleda para solicitar una partida de nacimiento actualizada.
Un jarro de agua fría
“Vine con una misión”, relata, mientras camina por las calles estrechas del pueblo, que describe con emoción como “una linda localidad involucrada en mis orígenes”. En su recorrido visitó el Ayuntamiento y el Registro Civil ubicado en el Centro Municipal de Usos Múltiples, y también se detuvo en la casa en la que nació su bisabuela, en el número 4 de la Calle Solar, un momento que describió como especialmente emotivo.
La respuesta administrativa, sin embargo, no fue la esperada. “Me dijeron que no lo puedo solicitar porque es hasta segunda generación y que tiene que hacerlo mi papá, mi abuelo o por formulario online”, cuenta el joven tras varias horas de espera. La noticia cayó como un jarro de agua fría sobre su entusiasmo y le obligó a replantear su misión. A pesar de haber viajado más de 10.000 kilómetros, la burocracia volvió a interponerse en su camino.
Con una mezcla de frustración y determinación, reconoció que la búsqueda no había terminado, pero que ahora debía convencer a su padre o a su abuelo de continuar el trámite, o afrontar nuevamente el proceso digital que tantas veces le cerró la puerta. Para muchos usuarios, la historia del joven es un recordatorio de que, pese a la digitalización, algunas gestiones administrativas siguen demandando desplazamientos y papeleo presencial para resolver errores que arrastran generaciones.