Un sacerdote español, sobre el salario que percibe: "Es menos de 1.100 euros, pero nosotros no pagamos ni alquiler, ni luz, ni agua, ni tenemos hijos que cuidar"
“Lo básico para no quedarme sin pan”, explica.
Ser sacerdote no es una profesión al uso, sino una vocación ligada al servicio pastoral y a una forma de vida marcada por la austeridad. Quien ingresa en el ministerio no lo hace buscando una carrera económica, sino un compromiso espiritual y comunitario que condiciona también su situación material. Aun así, una de las preguntas que suele despertar más curiosidad es cuánto cobra realmente un sacerdote y cómo se traduce ese compromiso en su día a día económico.
Esta cuestión vuelve a estar en el centro del debate tras la difusión del testimonio de un sacerdote español que ha explicado públicamente cuánto cobra y cómo logra sostenerse con unos ingresos modestos. Así lo ha hecho saber en su paso por el podcast ‘La pura verdad’, donde afirma que a pesar de tener una nómina mensual relativamente baja, tampoco le hace falta mucho más para poder vivir cómodamente.
En el clip, difundido en la cuenta de TikTok del podcast, el religioso explica que el ingreso que percibe le garantiza “lo básico para no quedarme sin pan” y cierta “libertad personal”, pero admite que no es una suma pensada para ahorrar o para lujos. Subraya, además, que al no tener que afrontar alquiler, facturas domésticas ni la manutención de hijos, el sueldo sirve principalmente para su sustento cotidiano.
Lo justo para vivir
El sacerdote afirma que cobra menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que para 2025 quedó fijado en 1.184 euros brutos mensuales en 14 pagas, una cifra que sirve como punto de comparación al discutir si la remuneración clerical está por debajo o en torno al mínimo legal. “Es un sueldo mínimo… menos de 1.100 euros”, afirma contundente el cura, dejando claro que sus ingresos son ajustados y se sitúan por debajo de los estándares salariales habituales.
Pese a la cuantía reducida, el estilo de vida de estos profesionales se sostiene porque la comunidad parroquial facilita alojamiento y cubre gastos básicos. “Parece muy poco pero piensa que nosotros no pagamos alquiler, ni luz, ni agua, ni tenemos hijos que cuidar”, explica, señalando que el salario está pensado únicamente para el sustento personal y no para asumir las cargas económicas habituales de una familia.
Realmente, las remuneraciones de los sacerdotes dependen de la diócesis, la función pastoral que desempeñan y las cuentas locales. Concretamente, la Iglesia en España obtiene dinero de varias fuentes, como aportaciones de los fieles, el concepto de asignación tributaria marcado en la declaración de la renta, ingresos de bienes eclesiásticos y partidas de las diócesis; y de ese conjunto se pagan las retribuciones del clero y el mantenimiento de parroquias y templos.