Un utensilio muy arraigado en la cultura española hará que tus tomates maduren mucho más rápido
Es sencillo, ecológico y económico.
Plantar tomates puede resultar complicado y desesperante, especialmente si su maduración no se produce como se esperaba. Por suerte, existe un método casero, económico y sorprendentemente eficaz para acelerar este proceso sin necesidad de productos químicos, fertilizantes ni equipos especiales.
Se trata del truco del palillo y es muy sencillo. Basta con perforar cada tomate en dos o tres puntos con un palillo limpio y desinfectado, preferiblemente en la parte inferior del alimento. Esta pequeña acción estimula la producción natural de etileno, una hormona vegetal responsable del proceso de maduración. Así, los tomates comienzan a cambiar de color y a adquirir esa textura jugosa y sabor característico mucho más rápido.
Este método puede ser la solución ideal si tus tomates parecen estancados en su desarrollo. Y es que, en ocasiones, la falta de maduración no se debe a la variedad del cultivo, sino a condiciones ambientales o errores comunes en el cuidado de las plantas.
Un riego excesivo, por ejemplo, puede frenar el proceso. Lo recomendable, una vez que aparecen los frutos, es reducir la frecuencia de riego y permitir que la tierra se seque entre cada aplicación.
Además, los tomates necesitan mucho sol y temperaturas estables, entre 15 y 30 °C. En zonas frías o con noches muy frescas, se puede proteger la planta cubriéndola con film transparente para mantener el calor.